Tanto Estados Unidos como China tendrán que hacer grandes cambios para situar su deuda y su déficit a mediano plazo en una senda sostenible, dijo este miércoles el director de Asuntos Fiscales del Fondo Monetario Internacional (FMI), Vítor Gaspar.
Seguir por sus sendas fiscales proyectadas acabará causando dificultades a las dos mayores economías del mundo, aseguró Gaspar en una entrevista con Reuters.
Estados Unidos y China están impulsando un retorno proyectado a niveles de deuda más elevados tras dos años de descenso de los ratios deuda/PIB, a medida que se desvanece el repunte del crecimiento posterior a la pandemia de Covid.
"Si nos fijamos en lo que está impulsando exactamente a Estados Unidos y China, podríamos decir que se trata de grandes y persistentes déficits presupuestarios del orden del 6% al 7% del PIB durante todo el período hasta 2028", dijo Gaspar. "El crecimiento se ha desacelerado y las perspectivas a mediano plazo son las más débiles en algún tiempo" para ambos países.
El Monitor Fiscal del FMI, publicado el 2 de octubre, muestra que las tasas totales de deuda pública y privada no financiera de Estados Unidos y China en relación con el PIB han convergido en torno al 270% del PIB, representando Estados Unidos el 30% del total mundial y China el 20%.
Gaspar dijo que el reto para Washington era el déficit presupuestario persistentemente alto y creciente.
La Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO) prevé que los déficits estadounidenses se acerquen a los niveles previos a la era de la pandemia a finales de la década si no se modifican las leyes fiscales y de gasto, debido al aumento de los costos de la sanidad, las pensiones y los intereses de la deuda.
"Al ritmo previsto, el ratio de deuda pública en Estados Unidos superaría el 140% del PIB a finales de la década", dijo Gaspar, frente al 110% en 2022.
Para solucionar este problema, Washington tendrá que tomar decisiones difíciles, como subir los impuestos a las personas ricas, poner fin a las exenciones fiscales a la producción de combustibles fósiles y aumentar o eliminar el tope de ingresos en los impuestos de la Seguridad Social, dijo Gaspar.
Según Gaspar, el proceso presupuestario estadounidense no funciona, lo que conduce a crisis de financiación innecesarias, y añadió que el país debería suprimir el techo de deuda y adoptar normas presupuestarias más estrictas, con un papel más importante para la CBO.
China se enfrenta a distintos retos, el mayor de los cuales es la desaceleración del crecimiento económico.
Gaspar afirmó que las autoridades chinas deben prestar más atención a la creciente deuda a nivel de los gobiernos subnacionales y en los vehículos de financiación local, y trabajar para reducir la larga dependencia del país de la inversión inmobiliaria y en infraestructuras para crecer.
"El reto de China es el crecimiento, la estabilidad y la innovación", afirmó Gaspar.
Agregó que China necesita un nuevo modelo de crecimiento para pasar de las exportaciones y la inversión a la demanda interna, y esto requerirá una red de seguridad social más generosa para que los consumidores puedan gastar más con menos ahorros por precaución.
China ha gestionado la innovación en vehículos eléctricos y productos de energías alternativas, y eso puede ayudar a su transición. "China dispone de un amplio espacio político, tiene múltiples opciones", afirmó.
