Para mantener sus tasas competitivas, Drip Capital levantó recursos de fondos como Sequoia Capital, Accel y Y Combinator, que invirtieron 20 millones de dólares en la fintech estadounidense fundada por los ex banqueros Neil Kothari y Pushkar Mukewar en 2014. Su experiencia en el sector y buena relación con inversionistas y family offices los llevó a obtener financiamiento por 40 millones de dólares en deuda, en junio de 2018.
“Eso depende de la confianza que los inversionistas tienen en ti, pero además hemos tenido un buen desempeño que nos permite seguir bajando el costo de capital”, indica Montaño. En enero de 2019, la fintech comenzó operaciones en México. A la fecha cuenta con 80 exportadores mexicanos y ha financiado 550 facturas desde enero pasado. En mayo, el monto de financiamiento fue de cinco millones de dólares, según datos de la empresa.
El directivo asegura que trabajan incluso con micronegocios. “El único requisito es que hayan hecho al menos una exportación”. Esto es posible porque el foco de la fintech está puesto en los compradores de la pyme. A través de firmas calificadoras analizan el riesgo de esos clientes y comprueban el límite de crédito que pueden otorgarle a las pymes, hasta de 2.5 millones de dólares.
“Los compradores son los que van a pagar las facturas para nosotros son la parte más importante”, dice. Eso ayuda a comprender su modelo de negocio. Cuando la pyme hace un envío, comparte a Drip Capital la documentación correspondiente a ese pedido y, en 24 horas, la firma le adelanta 80% del valor de la factura. El cliente liquida a la fintech ese documento 60 o 90 días más tarde.
Es entonces cuando Drip Capital abona a la pyme el 20% restante, menos el descuento de la tasas de interés. “Nuestro margen está entre el ingreso y el costo de deuda. Entre más crezcamos más diversificado va a estar nuestro portafolio y mejor desempeño tendremos levantando capital a tasas bajas”, agrega Montaño. La recurrencia entre sus clientes es de 90%, asegura.