Todos perderán en una guerra comercial por el acero
Las amenazas del gobierno de Donald Trump de poner un arancel de 25% a las importaciones de acero y de 10% a las de aluminio pusieron a temblar a la industria mexicana. Pero las compañías del país no serían las únicas perdedoras en caso de guerra comercial por este producto. En realidad, en esta contienda no habría ganadores.
Poner aranceles al acero y aluminio que México comercializa en Estados Unidos no tiene justificación económica, pues el país le compra al vecino del norte más producto del que le vende, explicó José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico.
Estados Unidos es el principal cliente de México, pues es el destino del 74% de las exportaciones mexicanas de acero y del 81% de las exportaciones de aluminio, de acuerdo con datos de la Secretaría de Economía.
A su vez, México es uno de los principales clientes de Estados Unidos: por cada dólar que México le exporta de acero, Estados Unidos le vende 2.3 dólares; y por cada dólar que México exporta de aluminio al país del norte, se importan 2.7 pesos, según la Secretaría de Economía.
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Las empresas coinciden en que el arancel sería dañino.
La Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero (Canacero) y Almexa, una de las principales firmas de aluminio plano en México, afirman además que si México es incluido en la aplicación de esos aranceles, se debe responder de manera inmediata con la aplicación de medidas equivalentes sobre las importaciones de acero de Estados Unidos.
Con una medida así, la industria de Estados Unidos también perderá, pues México y Canadá son el destino del 90% de las exportaciones de acero de Estados Unidos. México representa 39% del total.
Alza de precios
Estados Unidos es el mayor importador de acero en el mundo. Sus principales proveedores son Canadá, con una participación de 16%; Brasil, con 13%, Corea del Sur, con 10%; y México, con 9%, según datos del departamento de Comercio estadounidense.
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Por ello, un arancel a las importaciones de ese material puede incentivar la industria local, pero encarecerá el producto. “Con esas tasas, es probable que el precio del acero en Estados Unidos aumente al menos 25%, según la nueva tarifa. Aunque esto beneficiará a las siderúrgicas estadounidenses, aumentará los costos y reducirá los márgenes de los usuarios de acero de Estados Unidos”, señaló en su análisis Renate Featherstone, analista de Wood Mackenzie.
Un alza en el precio del acero afectará especialmente a los sectores que lo usan como materia prima, como el de la construcción y el automotriz, al aumentar sus costos de producción. Con ello, finalmente los consumidores también saldrían perdiendo.