Renovarse o morir. Este es el dilema que enfrentan los fabricantes de plástico en México luego de que los gobiernos de al menos 11 estados del país, como Querétaro, Jalisco, Estado de México prohibieran el uso de diferentes plásticos de un solo uso –, y muy recientemente, el gobierno de la Ciudad de México y Yucatán.
¿Llegó el fin de la hora del plástico?
En mayo pasado, el gobierno de la capital mexicana aprobó el dictamen de una reforma que prohíbe el uso de plásticos desechables e impide la comercialización y entrega de cuchillos, cucharas, palitos mezcladores, platos, popotes, bastoncillos para hisopos de algodón, globos y varillas para globos, vasos y sus tapas, charolas para transportar alimentos o aplicadores de tampones fabricados total o parcialmente de plásticos, excepto que sean compostables. La medida entrará en vigor en 2021, a excepción de las bolsas de plástico, que lo harán en 2020.
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“Estamos en ‘shock’”, confiesa preocupado Aldimir Torres Arenas, presidente de la Asociación Nacional de la Industria del Plástico (Anipac), que representa a 250 empresas del sector. “El mercado está empezando a contraerse, ya que algunas empresas (del giro) trabajan al 30% de su capacidad, con un impacto directo de más de 300,000 empleos en riesgo”, explica.
Las empresas que fabrican plástico de un solo uso representan 47% de la industria, con una producción de 7 millones de toneladas anuales, sin embargo, en los últimos meses sus ventas se han ‘achicado’ y la Anipac proyecta que, para este año, tengan un decremento de 4.5%. “Nuestra tasa de crecimiento anual promedio era del 4%, añade.
Gran parte de estas compañías han tenido que comenzar a migrar a productos biodegradables o compostables para mantener o, incluso, aumentar sus ventas; por otro lado, nacen otras con productos hechos a base de desperdicios alimenticios como fécula de maíz, aguacate, bambú, entre otros.
“Las empresas han aumentado el uso de plástico reciclado en sus envases, llegando incluso a tener botellas desde 25% hasta 100% plástico reciclado en el sector de bebidas y productos de higiene y de limpieza del hogar. Algunos ha incorporado también plástico recuperado de océanos", comenta Christiane Molina, profesora investigadora del departamento de Estrategia y Liderazgo de Egade. "Este proceso es gradual, algunas empresas proyectan más inversión y resultados para 2025”.
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Sin embargo, la mayoría coincide en que la legislación tiene huecos, pues alegan que de nada sirve tener estos derivados de plástico si no se desechan de manera correcta y no existe una planta de tratamiento que las composte.
“Están empujando a prohibir los plásticos sin buscar la opción de tendencias de economía circular, las prohibiciones no están bien fundamentadas”, señala Ana Laborde, presidenta de la sección de bioplásticos en la Anipac. “Un producto compostable, se tiene que llevar a composta, y uno biodegradable, se tiene que llevar a la basura para biodegradarse. Pero si se queda en la banqueta tampoco se biodegrada. Si ves el común denominador de un plástico de petróleo lo importante es que se desechó correctamente, para que no estén generando contaminación”.
La industria del plástico en México tiene un valor de producción de 30,000 millones de dólares (mdd) y participa con 2.6% en el PIB del rubro manufacturero, con más de 4,100 empresas que participan en la producción de plásticos para consumo general, envases y embalaje, construcción, electrónico, automotriz, agrícola y médico.
Plásticos alternativos
La iniciativa que lanzó el gobierno mexicano el año pasado #SinPopoteEstáBien para incentivar a los consumidores a que dejen de utilizar estos plásticos, provocó que empresas como Popomex, dedicada a fabricar popotes desde 1969, tuviera una reducción inmediata de 20% en sus ventas.
Lo anterior le orilló a encontrar una solución y buscar un aditivo que se usa en Estados Unidos y Europa, para convertir los popotes en oxobiodegrables (en cuyo proceso de descomposición intervienen procesos de oxidación y biodegradación simultáneamente), lo que reduce su tiempo de vida a un máximo de dos años. Esta estrategia le ha ayudado a detener sus caídas.
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“Creemos que ya llegó un punto tope de la caída, porque les ofrecimos los oxobiodegradables – lo que reduce su tiempo de vida a un máximo de dos años— y los han aceptado”, comenta Alain Ponce de León, director de la compañía que tiene alrededor de 25% de participación de mercado en la industria del popote. El directivo asegura que con este cambio ha logrado una recuperación de 25%.
Otras empresas como Bamboorganic, que hace casi un año inició la fabricación de popotes biodegradables y de papel, comenzaron a tener mayor popularidad e incluso a exportar pedidos a Costa Rica, Panamá, Estados Unidos y Alaska.
Por su parte Ana Laborde, que también es dueña de BioSolutions –una empresa que fábrica plástico a partir de los desechos del agave— comenzó a tener un crecimiento del 35% en sus ventas desde hace un año derivado de la nueva legislación. “Vemos que cada vez hay más interés o necesidad de este tipo de materiales”, explica.
Incluso consiguió nuevas alianzas con empresas como Maped—que realiza artículos de papelería— con la que acaba de lanzar productos para oficina como folders y charolas. “La capacidad instalada que tenemos no es suficiente y estamos buscando crecer un 50% para poder surtir la demanda que vemos que viene”, añade Laborde.
Iniciativas circulares
En la Ciudad de México, se generan 12,998 toneladas de desechos sólidos al día y de ellos aproximadamente 1% de materia valorizada se recupera en dos plantas de selección, mientras que 60% termina en rellenos sanitarios, de acuerdo con el Inventario de Residuos Sólidos de la Ciudad de México.
“La evidencia que existe nos apunta a que el plástico es de un solo uso en particular, no son plásticos que vayan a revalorizarse o a seguir una cadena para volver a entrar en otra industria”, señala Molina.
Sin embargo, compañías como PetStar, que es parte de la Industria Mexicana de Coca-Cola y cuyo principal accionista es la embotelladora regiomontana Arca Continental, nace con la idea de revalorizar al plástico y darle usos múltiples. Aquí es dónde se realizó el primer envase Pet 100% para el agua Ciel.
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“La prohibición no es el camino. El gobierno lo que debe hacer es promover este tipo de mecanismos. La legislación necesita analizar cómo se van a hacer responsables cada una de las partes, poner objetivos claros y que vaya midiendo si no se cumplen”, detalla Jaime Cámara, director de PetStar.
PetStar recicla entre 3,000 y 100 millones de botellas de PET al año, equivalente a llenar 2.4 veces el Estadio Azteca, que se convertirán en 51,000 toneladas de PetStar Reborn, que es utilizada nuevamente por los embotelladores de la Industria Mexicana
“Hay que trabajar en economía circular, un área de oportunidad. Desde luego que se tienen que elevar los volúmenes de recuperación, un circulo virtuoso”, añade Cámara.