Alejandro Ramírez, director de Cinépolis, no para de viajar, una semana está en Indonesia, la siguiente, en Estados Unidos, y la próxima, a lo mejor en Arabia Saudita, antes de hacer otra visita a la India. Su trabajo lo exige, pues él y su equipo deben conocer los mercados en los que opera la empresa, y los países que ofrecen nuevas oportunidades de negocio a una de las compañías de exhibición cinematográfica más globales de la industria.
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En 2018, la cadena abrió 451 salas nuevas, y este año contempla 650. La empresa ya tiene presencia en Guatemala, Honduras, Costa Rica, El Salvador, Panamá, Colombia, Perú, Brasil, Estados Unidos, Chile, México, España e India, y no proyecta frenar el ritmo. Este último país marcó su incursión en Medio Oriente, donde planea elevar su apuesta a través de Indonesia y Arabia Saudita, donde el cine estuvo prohibido durante 40 años hasta mayo del año pasado. Para Ramírez, el país representa ahora una gran oportunidad, una de esas que Cinépolis no suele dejar pasar.
EXPANSIÓN: ¿Cómo eligen los países en los que quieren entrar?
ALEJANDRO RAMÍREZ: Es, básicamente, porque nos interesan los mercados con ciertas características: fundamentalmente, nos interesan aquellos que tienen una economía estable, una clase media creciente y que estén subofertados en cuanto a salas de cine. Concretamente, el mercado de Indonesia nos interesó porque es el cuarto país más poblado del mundo, con más de 260 millones de habitantes y con una oferta muy baja de salas de cine modernas. Entonces, creemos que hay un potencial importante en ese mercado, además de que es una economía que lleva creciendo más de 20 años de manera sostenida y que es una economía de mercado abierta, sólida y con una democracia estable, por lo que creímos que cumplía con todos los requisitos para ser una inversión interesante
y que podíamos aportar algo como empresa.
¿Por qué el interés de llegar a Arabia Saudita, donde el cine estaba prohibido hasta hace poco?
En la región del golfo Pérsico, es nuestra apuesta importante. No tenía salas de cine desde 1985, pues las habían prohibido, y es un mercado de 30 millones de habitantes con muy buen poder adquisitivo y sin opciones de entretenimiento, porque, además de que no hay cines, tampoco hay teatros, conciertos o bares. Entonces, hay pocas opciones de entretenimiento para la juventud, y, poco a poco, se ha ido abriendo en distintos aspectos. Ya comienza a haber conciertos, y el cine es una realidad, se reguló a fines del año pasado y obtuvimos la licencia apenas hace unos meses, ya tenemos varios contratos firmados para empezar a abrir salas de cine a partir de 2020.
¿Cómo se dio la oportunidad para entrar tan rápido allí?
Ya teníamos a Arabia Saudita en la mira. Sabíamos que, en algún momento, se iba a abrir a la posibilidad de tener cines y que ese mercado se iba a regular. Fue por eso que hicimos la entrada a los países de la región, a Emiratos Árabes, a Omán y Bahrein, para ya estar en la zona en el momento en que el cine dejara de estar prohibido en Arabia Saudita. Se abrió más rápido de lo que pensamos, pero ya tenemos esta sociedad con el Grupo Al Hokair y con Al Tayer, donde ofreceremos servicios Luxury, Premium, Macro XE, 4D y salas Junior, con los que esperamos alcanzar a más de 30 millones de usuarios.
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¿Cuál sería la clave para competir con éxito en estos países que tienen una cultura e idiomas muy diferentes?
Ofertando cines modernos con tecnología de punta, con el mejor servicio, con la mejor oferta de alimentos y bebidas y con los mejores contenidos.Para poder competir en esos mercados, buscamos hacer bien lo que hacemos en todos los demás mercados en los que hemos logrado una posición de liderazgo, y eso es justamente lo que queremos traer a estos nuevos países, siempre adaptándonos a las necesidades y a los hábitos de consumo y la realidad del contexto local. Obviamente, ahí hay una diversidad en cuanto a gustos de películas, alimentos, bebidas y hábitos de la gente de cómo consume el entretenimiento, pero nos adaptamos rápidamente y tratamos de llevar lo que ya hemos logrado con éxito en otros países.
¿Cómo afrontan este reto de adaptarse a cada contexto local?
Primero, tratando de tener un conocimiento profundo de cada mercado. Antes de cualquier incursión en un nuevo país, hacemos un análisis profundo para entender su dinámica competitiva y el entorno regulatorio, los hábitos de consumo y las preferencias del público local, para después tomar decisiones que van desde el diseño y la decoración de los cines hasta los productos de dulcería. Por ejemplo, los cines de la India los hemos tenido que adaptar al gusto local con una decoración más recargada y opulenta, porque es lo que esperan de un cine los habitantes de ese país.
¿También ‘personalizan’ los contenidos que emiten los cines?
Obviamente, lo que dicta el éxito de nuestro negocio es el contenido, y tenemos que tener esa sensibilidad para entender qué es lo que le gusta a la gente. En América Latina, predomina el contenido de Hollywood y el contenido local de cada país: las películas mexicanas en México, las argentinas en Argentina, las brasileñas en Brasil.
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Sin embargo, en la India la proporción es un poco a la inversa de lo que se ofrece en Latinoamérica: el 85% del contenido es local, de películas indias, y el restante es de cintas extranjeras. Pero además dentro de la India hay una enorme diversidad de lenguas y de industrias fílmicas. Cuando se dice que Bollywood produce más de 1,000 películas al año, es, de hecho, un error. Bollywood son las películas que se producen en hindi, la lengua franca de la India, y en Bollywood, que está ubicado geográficamente en las ciudad de Bombay, se producen alrededor de 300 al año. Pero en Tollywood, que es en la ciudad de Hyderabad, son como otras 250 películas en telegu al año, que es la lengua local de Andhra Pradesh, y luego en Tamil Nadu. se hacen como otras 200-250 películas en tamil, y luego hay como unas entre 50 y 100 que se hacen en punjabi, otras 50 en guyarati, 50 en bengalí, 50 en marati... Por ejemplo, en cines que tenemos en Bangalore, en el sur, en el estado de Karnataka, programamos cines con títulos en cinco idiomas: programamos películas en hindi, en inglés, porque hay mucha población expatriada, en telegu, en tamil y en canarés, que es la lengua local. Vamos a tener que aprender a tener esa versatilidad para programar los contenidos relevantes para cada país, y, sin duda, la India es el más complejo.