El cuarto de los siete tramos que constituirán el Tren Maya, que irá de Izamal a Cancún, tendrá una modificación para evitar la cenotes y vestigios arqueológicos, lo que le llevará al proyecto a seguir su trazo original, informó en conferencia de prensa Rogelio Jiménez Pons, director del Fondo Nacional de Turismo (Fonatur).
El Tren Maya retomará su trazo original por la presencia de cenotes
El tramo buscaba conectar desde Valladolid, en Mérida, a Tulum, en Quintana Roo, con una distancia de 193 kilómetros en la que existen 320 hectáreas de áreas vulnerables, por lo que se optará por hacer adecuaciones en la carretera Kantunil-Cancún, actualmente concesionada a la firma ICA, y el tramo continuará hacia Cancún para luego bajar a Tulum.
Parte de la modificación implicará utilizar el lado sur de la carretera para la cimentación del tren, mientras que el lado norte se haría una vía vehicular de dos sentidos. Debido a que la vía está aún bajo resguardo de ICA, Fonatur señaló que se dará algún tipo de resarcimiento, aunque no especificó si será una ampliación de la concesión u otro tipo de beneficio.
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Esto llevará a un breve retraso de la licitación del tramo 4 de 15 días, y prevé comenzar su construcción el 25 de mayo, que podría elevar el costo de las obras, aunque Jiménez Pons indicó que sería cubierto con otros ahorros que se han realizado.
El director del Fonatur descartó la modificación de otros tramos, salvo el llamado Tramo 1 Caribe, que va de Escárcega a Chetumal, que iniciará su construcción en 2021, y donde también se prevé la presencia de áreas vulnerables.
Interés de iniciativa privada se mantiene
Respecto al financiamiento del proyecto, Jiménez Pons dijo que el proyecto mantiene la intención de tener un financiamiento totalmente público, mientras que las estaciones y otras infraestructuras tendrán un 94% de recursos provenientes del sector privado.
La falta de participación de las empresas en el proyecto per se no es debido a falta de interés, dijo, ya que instituciones como Goldman Sachs, BlackRock, Merrill Lynch, Banorte y BBVA mostraron su interés para financiar la obra cuando se contemplaba bajo un esquema de asociación público-privada, y debido a que el gobierno no quiere asumir deuda, se optó por utilizar recursos públicos.
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“No queríamos dejar deuda soberana más los intereses. Una asociación público-privada a 30 años tenía el riesgo de que subiese en dólares, ya que el tipo de composición obligaba a hacer una parte en pesos y otra en dólares. Hay ahorros, y con esto se busca financiar el 100%”, dijo.
Además, el fondo de inversiones BlackRock presentó una propuesta no solicitada a la Secretaría de Hacienda para la carretera Cancún-Tulum que consistiría en la ampliación de la vía, lo cual representaría un ahorro para el Fonatur ya que contemplaría la construcción de 26 pasos peatonales.