“Creo que pronto podremos reactivar la producción de cerveza y automotriz. Consideramos importante echar a andar estas cadenas de valor porque en estas industrias está en riesgo el empleo que ha costado años conseguir”, añade Eduardo Ramírez, senador de Morena.
Otro punto de encuentro entre los participantes fue la necesidad de encontrar mecanismos de financiamiento, tanto para dar liquidez a los proveedores de las empresas de alimentos para seguir financiando a sus clientes, como a los pequeños detallistas que venden sus productos.
“Todas las grandes empresas debemos hacer acciones concretas para dar certeza a los productores del campo, en el mediano y corto plazo, para que tengan liquidez y para que puedan seguir operando. En el otro extremo de la cadena, debemos diseñar planes de incentivos para mantener a flote a los microempresarios, a las tienditas y abarroteros que venden nuestros productos”, dijo Javier González Franco, director general de Bimbo.
Sin olvidar la seguridad
En el medio de la cadena, los transportistas, representados en la conferencia por Enrique González, de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar), solicitaron la intervención de la Guardia Nacional y del Ejército para blindar la distribución en los productos. “En Tabasco, hay grupos delictivos que avientan piedras a los camiones para ocasionar accidentes, detenerlos y poder robarlos. En Chihuahua hemos sufrido bloqueos en las carreteras y nos queman camiones”, cuenta.
Pero además de estos llamados urgentes, hubo otros que apuntan al mediano plazo, previendo que el reto que enfrentan hoy las cadenas de valor se extenderá más allá del final del primer pico de contagios de la emergencia sanitaria, previsto para finales de junio.
El primero de julio entra en vigor el nuevo acuerdo comercial entre Estados Unidos, México y Canadá, T-MEC, y muchas de las empresas mexicanas entrarán a esa nueva era comercial sin liquidez, con deuda y con plantillas disminuidas.
Para poder aprovechar este nuevo acuerdo y “ganar participación en el mercado regional frente a países lejanos”, como advirtió José Varela, director de 3M en México, los empresarios enfatizaron la necesidad de reducir las barreras aduaneras y fiscales que obstaculizan las inversiones necesarias para integrar las cadenas de valor en el país.
Estas barreras añejas, dijo Ary Naïm, representante en México de la Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés), hoy están dificultado la producción de equipo de protección y de ventiladores en México, ya que no hay cadenas integradas.
Naïm agregó que, además de la facilitación aduanera, el país requiere generar nuevos factores de competitividad: un clima de inversión favorable para que aquellos eslabones faltantes se animen a establecerse en México, energía barata y limpia, incentivos para la I+D, y esquemas que permitan incrementar el valor agregado mexicano en los productos de exportación.
“Habría que repensar el rol de Pemex como herramienta sumamente crítica en este nuevo esquema de competitividad, así como la explotación de nuevos recursos que están empezando a ser altamente demandados por las industrias, como el litio”, detalló.