Tras reportarse diversos casos de agresión al personal médico en la vía pública, empresas dedicadas a la renta de autos han decidido poner a disposición de la Secretaría de Salud parte de sus flotas para facilitar el transporte de médicos, enfermeras y técnicos que atienden a pacientes con COVID-19 en el país.
Las arrendadoras prestan sus autos para el traslado de personal de salud
Alberto Gómez, vicepresidente de la Asociación Mexicana de Arrendadoras de Vehículos (AMAVe), explica que las empresas Alamo, Avis y National Enterprise, afiliadas al organismo, se han sumado a la iniciativa y ya colaboran con las secretarías de salud de Quintana Roo, Puebla, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa y Yucatán en el traslado de personal de salud, de equipo médico y en la entrega de despensas y kits de protección a la sociedad civil.
“Nos hemos acercado a esas instituciones de salud para ofrecer nuestros autos para que los médicos se puedan trasladar de una forma segura, ya sea de sus viviendas a sus centros de trabajo o a las casas de las personas que han llamado con síntomas de COVID-19”, explica Gómez.
El vicepresidente de la AMAVe, quien también es el CEO de Avis, detalla que la asociación ha contactado directamente a las dependencias y han sido las instituciones de salud locales las que deciden cómo asignan y distribuyen los vehículos.
La asociación cuenta con 14 socios de los cuales 11 son administradoras de flotas vehiculares de renta a largo plazo, principalmente para empresas, y tres de renta diaria, que en conjunto suman 225,000 vehículos y cuentan con más del 50% de las unidades arrendadas en el país.
Gómez considera que la iniciativa de la AMAVe complementa la anunciada por la industria hotelera, que ha puesto algunas habitaciones a disposición del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para hospedar a personal médico en el país, así como a pacientes en proceso de recuperación de padecimientos distintos al COVID-19.
Tarifas preferenciales
Las empresas afiliadas a la AMAVe también han diseñado tarifas preferenciales, a partir de 200 pesos por hora, para que aquellas personas que realizan actividades esenciales y que requieran un auto para su traslado o mipymes que necesiten un vehículo para realizar la distribución de sus productos, como restaurantes o tiendas de barrio, puedan acceder a uno.
Gómez detalla que para rentar un auto, los clientes deben llamar a las empresas, solicitar el servicio y recoger la unidad en la sucursal asignada, ya que no todas permanecen abiertas en tanto que la renta de vehículos no entró en la lista de actividades esenciales. Por ahora, las oficinas de renta que sí permanecen abiertas son las que están en los aeropuertos.
El directivo dice que si bien estos nuevos servicios han tenido una demanda “razonable” en el último mes, esta no ha sido suficiente para contrarrestar la caída en la demanda de vehículos de renta diaria, tras el desplome en el flujo de turistas en los aeropuertos y en los principales puntos turísticos del país. Antes de la pandemia había un promedio diario de entre 2,500 y 3,000 solicitudes de renta de unidades, por hasta cinco días.
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“Al final del día estamos confinados y por eso la demanda se ha reducido, pero lo importante es que haya alternativas. Vemos [a los esquemas de tarifas flexibles] como una oportunidad de, al menos, poner en funcionamiento una parte de nuestra flota”, dice Gómez.
El directivo comenta que una vez que pase la contingencia, las empresas evaluarán la viabilidad de mantener o ajustar algunos de los nuevos esquemas y servicios que han lanzado en este periodo de contingencia.
“Creo que esto [el coronavirus] nos ha orillado a identificar diferentes oportunidades y a buscar maneras de que no todo quede parado, de que la economía se mueva aunque sea un poco”, dice Gómez. “Hemos buscado la forma de que nuestro negocio se ajuste a esta ‘nueva realidad’”, concluye.