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El gobierno pone el pie a las renovables y abre la vía para más generación sucia

El CENACE frena la entrada de nuevas plantas solares y eólicas a causa de la epidemia de COVID-19, lo que pone en pausa al menos 10 parques, aseguran fuentes del sector.
mar 05 mayo 2020 05:00 AM
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La demanda eléctrica del país cayó 10% durante los últimos días de abril frente a lo visto el año pasado, según cifras de Antuko México.

El Centro Nacional de Control de Energía (CENACE), que dirige Alfonso Morcos Flores, publicó un acuerdo para frenar la entrada en operación de las centrales eólicas y solares hasta nuevo aviso, debido a que su funcionamiento pone en riesgo la confiabilidad del abasto eléctrico del sistema eléctrico del país. El CENACE, el gestor de estos sistemas, también dará de alta centrales que se consideren como no despachables o must run, es decir, que deban entregar su energía al sistema sí o sí durante el día porque no pueden ser apagadas, sin importar los costos o tecnología con la que la generen.

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La medida para frenar la entrada de nuevas centrales renovables, además de abrir la puerta a una reclasificación del despacho de las plantas existentes, ha puesto en alerta al sector solar y eólico que ve en el acuerdo, publicado el 29 de abril, como otro golpe a este tipo de tecnologías que la administración de Andrés Manuel López Obrador ha cuestionado y atacado desde el inicio del sexenio.

Para la industria, la decisión no está justificada y no deja claro en qué momento se levantarán estas medidas extraordinarias.

Lee: Pemex acumula pérdidas en la refinación, la apuesta energética de AMLO

“El CENACE sí tiene la potestad de hacer esto, pero siempre tiene que justificarlo, y ahora no lo está haciendo”, dice Casiopea Ramírez, analista de la consultora especializada Fresh Energy.

Lee: La energía solar y la eólica despuntan, a pesar del rechazo del gobierno

El acuerdo del gestor de la red eléctrica prevé dos situaciones que pudieran afectar a las centrales renovables: el freno a la entrada de nuevas plantas y la reorganización de las llamadas must run.

La primera tiene el impacto más inmediato, porque afecta a las centrales renovables que están en proceso de construcción o de operación derivadas de la tercera subasta de largo plazo de finales de 2017, la última licitación bajo este mecanismo que abrió la puerta al incremento de este tipo de tecnologías durante el sexenio pasado, y que el actual gobierno canceló su continuación.

Hay 10 parques eólicos en estas etapas previas, que equivalen a una inversión de 2,000 millones de dólares, que se verán afectados por esta medida, dice una fuente del sector que pidió el anonimato.

La segunda acción que tomará el CENACE, sin embargo, es la que más preocupa al sector privado eléctrico, y que va más allá de las renovables, dice Alfonso Gutiérrez, gerente de la consultora especializada Antuko México.

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“Las medidas pudieran verse como razonables, pensando en que solo se mantiene durante el periodo de crisis. Pero para eso, sería bueno tener algún parámetro, que no dieron, y eso es lo preocupante de lo que publicaron”, dice el especialista.

El gestor busca ampliar la lista de plantas conocidas como must run o que caen en la categoría de 'firmes no despachables', y pudieran abrir la puerta a plantas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que usan diesel o combustóleo, un energético contaminante con el que Pemex está lidiando para colocar , advierten las fuentes consultadas.

"El acuerdo erige barreras a la competencia y desplaza a la iniciativa privada, beneficiando indebidamente a centrales de generación más costosas y contaminantes. Sin motivación técnica sólida ni fundamento jurídico plenamente justificado, el CENACE ha desatendido su mandato legal de salvaguardar la eficiencia del Sistema Eléctrico Nacional y la competencia en el mercado eléctrico, lo cual impacta negativamente a miles de consumidores en el sector comercial e industrial", señaló el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) en un comunicado.

¿Cómo funciona el despacho?

El mercado eléctrico, en términos del despacho de electricidad, se conforma de cuatro cuadrantes donde se clasifican las centrales: las firmes despachables y no despachables, y las intermitentes despachables y no despachables.

Las centrales firmes se refieren a las tecnologías que tienen la capacidad de entregar una misma cantidad de electricidad de manera constante y son despachables cuando pueden subir, bajar o apagar su operación sin mayores contratiempos. Las no despachables son como las nucleares, que no pueden apagarse. Estas centrales son las que se conocen como must run, y deben entregar sí o sí su electricidad.

En el otro lado encontramos a las intermitentes que no pueden asegurar un flujo fijo de electricidad, como la solar y eólica que dependen de las condiciones climáticas, pero son despachables porque pueden apagarse y prenderse con facilidad; mientras que hay las no despachables como algunos embalses en las hidroeléctricas que deben soltar su capacidad en ciertos momentos.

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¿Por qué afecta el acuerdo de CENACE al despacho?

La medida publicada por el gestor abre la puerta para ampliar la lista de plantas fijas no despachables. El sistema de despacho eléctrico puede asemejarse a llenar un vaso con agua donde, las plantas fijas no despachables siempre entrarán primero al vaso, y luego se llenará con las demás centrales de otros cuadrantes dependiendo de quién ofrezca la electricidad más económica. Todas las centrales que entraron en esta etapa cobran el precio de generación de la última tecnología que entró.

Esto ha generado que en algunas horas del año pasado, el llamado costo marginal en el mercado eléctrico fuera cero porque todo el vaso se logró llenar con energía no despachable (su costo no se contabiliza aquí) y con las renovables, donde sus costos son casi cero porque no dependen de ningún combustible, explica Gutiérrez.

Pero el acuerdo del CENACE puede colar algunas centrales más costosas, como las que corren con combustóleo o diésel, dentro de la lista de no despachables, desplazando del mercado a las centrales renovables o convencionales de privados, que entrarían a un vaso donde en lugar de estar lleno al 50%, lo estaría al 75%, ejemplifica el especialista de Antuko México.

“Ahora CENACE pudiera decir que ya no hará del más barato a más caro, porque incluirá a las más caras dentro del criterio del must run”, dice Casiopea Ramírez.

El suministro eléctrico de plantas no despachables venía aumentando desde el año pasado al pasar de 6% a mediados de 2019 a 13% hacia inicios de este 2020, incluso antes de este acuerdo, dice Gutiérrez. Estos costos no forman parte del componente del costo de la electricidad del mercado eléctrico mayorista, sino dentro de otros rubros que cobra la CFE.

Existen 742 proyectos de firmas diferentes a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que pudieran verse limitadas en su operación por los cambios en los criterios de las plantas must-run, apunta la fuente del sector eléctrico, que pidió no ser citado.

¿Las renovables son un riesgo durante la pandemia?

Los especialistas admiten que la baja en la demanda pudieran crear complicaciones en el sistema eléctrico debido a su naturaleza intermitente, pero el CENACE no ha dado las cifras ni razones actualizadas para suponer que eso está pasando en el sistema, y que existen otras medidas antes de frenar su entrada.

Ante el freno económico derivado de la pandemia de COVID-19, la demanda eléctrica del país cayó 10% durante los últimos días de abril frente a lo visto el año pasado, una baja enorme si se ve como un indicador más ligado al crecimiento de la economía.

“Sí es una caída brutal cuando la demanda debería crecer, y viendo que además se compara con 2019, que de por sí fue un mal año”, dice el experto.

Algunas países han tomado medidas para limitar la entrada de energía proveniente de renovables debido a las consecuencias de la caída económica por la pandemia del coronavirus, pero se han dado en mercados donde estas tecnologías tienen una mayor presencia, apunta Ramírez.

“Pero aquí en México estamos hablando de un aporte de apenas del 7% de renovables, que es casi lo que ha bajado la demanda. Así que no ha caído tanto el consumo como para preocuparte de que solo las renovables fueran a despachar en el día, porque ahí sí no podrían hacerlo”, dice la analista de Fresh Energy.

Las medidas del CENACE también pueden entenderse porque el gestor ha reducido su personal desde el año pasado, lo que le ha quitado capacidad de vigilancia en el sistema para ver este tipo de fallas a tiempo, apunta Gutiérrez.

El acuerdo, en cambio, encaja también en una tendencia de la administración actual que ha criticado el avance de las tecnologías renovables, a las que se les ha acusado de funcionar con subsidios, y causar fallas en el sistema por su intermitencia, un tema que lleva meses en el discurso de las autoridades sectoriales y la CFE, agregan los especialistas.

La Secretaría de Energía (Sener) tiene en curso un proceso judicial emprendido por el sector renovable derivado de las modificaciones a las reglas que rigen a los Certificados de Energías Limpias (CEL). El propio presidente Andrés Manuel López Obrador ha criticado a los proyectos eólicos debido un grupo de estos cuentan con subsidios para usar la red eléctrica.

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