El ánimo intacto de los pilotos que se mantienen en activo durante la pandemia parece tomar fuerza de aquello que transportan en estos días: gente que anhela su hogar tras días de vivir en un aeropuerto, personal de salud que necesita seguir combatiendo al COVID-19 e insumos médicos que se convierten en armas invaluables en esta batalla es parte de lo que ha ocupado los asientos y las bodegas de los aviadores que han respondido al llamado para regresar a los aires.
Volar en medio de la pandemia: 3 pilotos cuentan su experiencia
Las condiciones actuales son adversas para los trabajadores de cualquier aerolínea. Con los flujos de pasajeros desplomándose a niveles sin precedentes, algunas compañías aéreas en el mundo han optado por recortar personal y salarios. Este último es el caso de los tres pilotos que compartieron con Expansión su experiencia de mantener el vuelo en este escenario.
“Es algo más grande que nosotros mismos”
Con 10 años de experiencia, primero como piloto de vuelos privados y luego en Aeroméxico, Salvador Miranda, primer oficial de Boeing 737 en la aerolínea, tiene muy presente lo que significa cumplir con el deber, lo que atribuye a su familia, de tradición militar.
“La misión se cumple”, le dijo su padre la noche del 18 de marzo, cuando le avisó que al día siguiente sería uno de los encargados de llevar a una delegación de 146 peruanos a casa y traer de vuelta a 150 mexicanos.
En aquel momento, el número de contagios en el país apenas rebasaba los 100 casos. Al llegar a Lima, en Perú, el piloto se encontró con un aeropuerto que excepcionalmente había abierto ese día para la repatriación de gente varada, por lo que fue un viaje de ida y vuelta. Algunas personas llevaban hasta cuatro días sin poderse comunicar e incluso hubo una carta de agradecimiento para la tripulación. “Cuando aterrizamos se pusieron a cantar Cielito Lindo”, recuerda.
Como parte de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA), Salvador se encuentra entre los colaboradores de Aeroméxico que vio reducido su salario, uno de los acuerdos al que ambas partes llegaron el 23 de marzo ante el arduo escenario de la industria. La plantilla de pilotos aceptó aportar de 50% a 65% de sus ingresos, además de menores bonos y una flexibilidad operacional para atender llamados como este.
“Lo tenemos que tomar de la manera más humana, porque es algo más grande que nosotros mismos”, señala Salvador, que ha visto además cómo ha cambiado la operación.
A diferencia de un vuelo regular, ahora se tiene que enfrentar a situaciones como tardar en abordar porque se encuentran sanitizando el avión. O la novedad de que cuenta con un kit de sanidad, con guantes, cubrebocas –de uso obligatorio–, gel sanitizante y pañuelos especiales, proporcionado por la aerolínea.
“Volar es algo que nos encanta hacer”
Tras volar durante más de 10 años –y con Aeromar en los últimos cinco–, Héctor Bustos, primer oficial de ATR-42 y ATR-72 de la aerolínea, habla sobre lo difícil que ha sido pasar de estar en el aire hasta 85 horas mensuales a una completa incertidumbre sobre cómo transcurrirá su día.
“Uno de los cambios más importantes se ha dado con nuestro horario. Nos dicen: ‘Hoy vas a ir a este lugar’, pero básicamente es estar preparado para presentarse y esperar que todo se haya cancelado”.
De las 26 rutas que la aerolínea opera regularmente, Héctor explica que debido al coronavirus se han reducido a operaciones en Colima, Manzanillo, Tepic, Zihuatanejo, y otros destinos que no rebasan la hora y media de trayecto. En estas rutas, ha encontrado a las personas más precavidas, que viajan con guantes, cubrebocas y respetan el distanciamiento social, hasta quienes viajan más relajados. También algunos médicos, ya que como parte de la campaña de la aerolínea Llevamos Héroes, el personal de salud puede viajar de manera gratuita.
“Nos sentimos orgullosos de aportar aunque sea un poco. Con los viajes gratis a cualquier destino de la compañía, pueden ir a algún otro hospital o a visitar a su familia. Es una forma de ayudar en esta pandemia”, dice.
Sin embargo, una de las cosas que Héctor más extraña es estar en el aire. “A todos los pilotos volar es algo que nos encanta hacer; que nos quiten operaciones es un poco bajarnos el ánimo, pero tener un vuelo a la semana me levanta el ánimo, me pone de buenas”.
A pesar del recorte de sus ingresos –que en Aeromar fue de 44% para sus 59 capitanes y 48 primeros oficiales por dos meses–, Héctor considera que el optimismo entre sus compañeros se mantiene.
“Para la mayoría no fue de mucho agrado, pero el ánimo se mantiene relativamente bien”.
“Es pesado, pero una va contenta, positiva”
A Martha Vera, capitana de Boeing 787 Dreamliner en Aeroméxico, le respaldan 30 años en el aire con más de 18,000 horas de vuelo, en las que ha volado en rutas hacia Europa, Sudamérica y Asia. Una experiencia necesaria para los dos viajes que ha encabezado en cabina hacia Shanghái para traer insumos médicos.
La capitana fue solicitada para un vuelo el 28 de abril y otro el 4 de mayo teniendo jornadas de hasta 23 horas, en las que las 15 horas que separan a México de Narita, en Japón, se van turnando.
Martha se encontraba en cuarentena cuando se solicitaron llevar estos vuelos, pero más allá del riesgo, resultaron buenas noticias. “Fue muy grato porque es algo que me gusta hacer, volar. Pero saber que estás colaborando en algo tan importante da doble gusto (…) Es pesado, pero una contenta, positiva”.
La colaboradora de Aeroméxico ha visto medidas más estrictas, con las que los días de llegar al aeropuerto, firmar y abordar han quedado atrás. “Ahora se te revisa en cada lugar desde donde despegas y siempre hay que traer cubrebocas. Es la medida básica, reglamentada, que llegó para quedarse”.
A pesar del arduo escenario para las compañías aéreas, Martha se mantiene optimista sobre la efectividad de las medidas que se están tomando, que considera que pasarán a ser parte de la vida diaria y, a pesar del entorno arduo, ve una oportunidad.
“Ahora que el gobierno mexicano ha depositado la confianza en los pilotos mexicanos, creo que se abre también esa oportunidad de conocernos y seguir enlazando confianzas entre todos, para salir adelante y ser un mejor país”, afirma.