Los precios de algunos vehículos subieron hasta 20% en los últimos tres años debido a la combinación de varios factores, como la inflación, la depreciación del peso frente al dólar y la incorporación de más tecnología y seguridad.
Ahora la mayoría de los modelos de entrada ya tienen una versión que ofrece una pantalla con conectividad Android y Apple, dos bolsas de aire y frenos ABS. Los modelos más equipados tienen además motores turbo que son mucho más eficientes que los de las generaciones pasadas, hotspots que ofrecen conectividad WiFi y sensores y radares que alertan al conductor sobre un riesgo de colisión, que le notifican si se está saliendo del carril y que incluso lo asisten en el estacionamiento de su vehículo.
“Mientras que antes un vehículo tenía tres o cuatro módulos eléctricos, ahora tiene más de 50 módulos y más de 150 millones de líneas de código de software. Tan solo en el tablero de instrumentos hay dos o tres pantallas con muchas animaciones y funciones”, dice Marcos Pérez, director de desarrollo de producto de Ford de México.
Pero la tecnología cuesta y ya se nota en los precios de los modelos. Mientras que en 2018, había 13 modelos que estaban por debajo de 200,000 pesos, ahora solo Renault, Nissan, Mitsubishi y Hyundai tienen uno debajo de este precio.
Estos cuatro modelos, todos con carrocería hatchback (modelos de dos volúmenes cuyo espacio de carga está dentro del habitáculo), forman parte de la oferta de entrada de estas marcas y la mayoría de ellos han sido enfocados para atender a ‘primeros compradores’ de vehículos, como estudiantes o profesionales en su primer trabajo.
Además del incremento de más tecnología y más seguridad, la volatilidad cambiaria también ha sumado algunos miles de pesos a las etiquetas de los autos en los últimos tres años. A finales de 2017, las casas de cambio daban un billete verde por 16 o 17 pesos, ahora está en 22 pesos.