Hace 25 años, cuando se firmó el primer Tratado de Libre Comercio, el 80% de los autos fabricados en la región eran de las tres automotrices estadounidenses, General Motors, Ford y Fiat Chrysler, pero hoy los modelos de estas tres marcas representan solo la mitad de la producción regional. “El resto de los automóviles que se producen en Norteamérica son de fabricantes asiáticos o europeos, pero con un menor contenido regional, puesto que tanto los centros de investigación y desarrollo, como la producción de los componentes más relevantes, como los motores o las transmisiones, están en Asia y Europa”, explica Óscar Albin, presidente de la Industria Nacional de Autopartes.
Mientras que General Motors, el mayor fabricante de vehículos en México, asegura que su cadena de suministro regional ya cumple con los nuevos requisitos del acuerdo, algunos fabricantes asiáticos aún están analizando las posibilidades que les ha dejado el nuevo acuerdo.
“Como empresa americana hemos trabajado durante muchos años para poder estar alineados al tratado comercial entre estos tres países [Estados Unidos, México y Canadá], y esta modificación que entró en vigor el 1 de julio no fue la excepción. Estuvimos listos desde hace tiempo y para cumplir con las nuevas disposiciones tanto en contenido regional como en contenido laboral”, dice Francisco Garza, presidente y director general de General Motors en una videoconferencia de prensa tras la presentación de sus modelos Suburban y Tahoe, que llegarán al mercado mexicano desde una planta en Texas a partir de septiembre.
Según el ejecutivo, los centros de innovación, de ingeniería y desarrollo que la marca tiene en la región, le han facilitado a la empresa cumplir con la llamada nueva regla de ‘contenido laboral’, que establece que 40% del valor agregado de los vehículos ligeros y 45% del de las pickups deberán provenir de zonas de Norteamérica donde se ofrezcan salarios superiores a los 16 dólares por hora. En las plantas de manufactura en México el promedio es de 5 dólares la hora.
“Pero como nosotros no solo hacemos manufactura en el país, sino que también tenemos un centro regional de ingeniería en Toluca [Estado de México], donde damos cabida a más de 1,000 ingenieros que no solo hacen diseño sino también herramental para GM a nivel global, nos ayuda mucho al tema de contenido laboral del T-MEC”, explica Garza.
Albín, presidente de INA, dice que esta nueva regla, más que perseguir un incremento salarial, busca que las armadoras realicen actividades de investigación y desarrollo en la región, y no solo el ensamble de los vehículos. “Lo que se busca es que los fabricantes asiáticos y europeos realmente generen mayor valor agregado en la región”, comenta.