“La agricultura mexicana produce alimentos de alto valor como aguacate, tomate y berries... El país es uno de los principales productores agrícolas del mundo”, menciona Gianni Canetti, director general y country manager de Yara México, productor de fertilizantes de origen noruego que en enero prevé concluir la construcción de una nueva planta de procesamiento, en Tamaulipas.
La obra representa una inversión de entre 12 y 15 millones de dólares y sustituirá a otra planta de la compañía cuya capacidad era de 25,000 toneladas anuales, utilizadas principalmente para procesamiento (recepción y envasado) de commodities como urea y sulfato de amonio.
La nueva terminal tendrá una capacidad de 120,000 toneladas e iniciará con 50,000 en el primer año.
Está en las inmediaciones del puerto de Altamira y tiene acceso a los principales nodos carreteros de la entidad. Desde ese punto, importará productos con mayor valor como el nitrato de calcio soluble y no soluble, y los suministrará a agricultores de las regiones del Bajío y la Laguna, el norte de Veracruz y Tamaulipas, entre otros con potencial agrícola incluyendo a Coahuila, Durango, Nuevo León y San Luis Potosí.
Estas entidades, forman parte de cuatro regiones identificadas como estratégicas para el cultivo de chile bell (pimiento morrón) en la temporada primavera-verano (PV), según el reporte sobre la Planeación Agrícola Nacional 2017-2030 para chiles y pimientos, elaborado por la otrora Secretaría de Agricultura. Un documento similar ubica a las mismas entidades además de Chihuahua y Guanajuato, como estratégicas para el cultivo de jitomate.
Atractiva distancia
La mayoría de los productos de Yara son importados desde Europa. Llegan por el Atlántico a Veracruz, donde la compañía tiene otras dos terminales de procesamiento en Minatitlán. Del lado del Pacífico, tiene dos terminales más: en Topolobampo, en Sinaloa y en Manzanillo, en Colima.