E: ¿Ve cambios en el tipo de vehículos que buscan los clientes o en las tendencias de consumo a partir de la pandemia?
MB: Hay una tendencia muy marcada de migrar hacia los SUV pequeños, donde nosotros competimos con dos modelos, CX-3 y CX-30. Debido a esto, este fue el segmento que menos decreció en 2020, solo 10% (las ventas totales cayeron 28%).
En cuanto a las tendencias de consumo vemos un mayor apetito por la inmediatez. Los clientes ya saben qué vehículo quieren comprar, hacen su búsqueda en línea, e incluso hay algunos que ya ‘se saltan’ la prueba de manejo que antes era fundamental, y quieren cerrar la operación lo más rápido posible. El cliente quiere dar clic y que le envíen su producto. Nosotros estamos tratando de agilizar los procesos de aprobación de los créditos porque nuestros distribuidores nos han dicho que esto es clave en el proceso de compra. El reto que vemos para poder migrar esta última fase del proceso a digital es que las autoridades aún piden muchas firmas, lo que aún implica que haya una interacción física.
E: El precio de los vehículos incrementó, en promedio, 7% en 2020 debido a la volatilidad cambiaria. ¿Cómo impulsar la venta, con un mayor precio, en un momento en el que el cliente espera promociones e incentivos?
MB: Un gran reto que tenemos como industria es que se ha malacostumbrado al cliente a las rebajas o las ofertas, entonces cuando no hay incentivos la gente no compra. Y esto se acentuó el año pasado. Nosotros no apostamos a los descuentos sino a vender el producto por el producto. Creemos que las promociones le tienen que agregar valor al producto, en lugar de quitárselo. Un ejemplo: si damos un bono de 20,000 o 30,000 pesos entonces afectamos el valor de reventa del auto. En cambio, si le damos una garantía extendida o un seguro gratis al cliente es un valor agregado.
E: A nivel internacional, la industria avanza hacia la electrificación y la llegada del demócrata Joe Biden ha acelerado esto. ¿Podríamos ver nuevos modelos electrificados en los pisos de venta de Mazda en los próximos meses?
MB: La llegada de Joe Biden sin duda aceleró el desarrollo de nuevas tecnologías eléctricas. Mazda ya había anunciado hace un año que hacia 2030 iba a introducir alternativas eléctricas, híbridas o plug-in hybrid en cada uno de los vehículos de la gama. Esta estrategia se va a acelerar. El año pasado, la MX-30, que es el primer SUV eléctrico de Mazda ya se lanzó en Europa y este año llegará a Estados Unidos. En México, los autos eléctricos aún no representan ni el 1% de las ventas, por lo que más bien apostaremos a híbridos.
E: Se espera que, debido a este impulso adicional que dará la nueva administración demócrata en Estados Unidos a los vehículos eléctricos, incremente la producción en la región. ¿La planta de Salamanca, Guanajuato, puede producir un nuevo modelo electrificado?
MB: Ahora el plan es continuar con la producción de los modelos Mazda2 (en sus versiones hatchback y sedán), Mazda3 sedán y CX-30. El año pasado se produjeron 138,000 unidades, el doble que en 2019, pero la capacidad de la planta es de 250,000 unidades. Entonces hay espacio para producir más de lo que ya tenemos, sobre todo de CX-30, que ha tenido mucho éxito en el mercado estadounidense. También estamos trabajando para ofrecer nuevas alternativas en motorizaciones, como la tecnología mild-hybrid en alguno de los modelos.