Pero el caso del coronavirus es especial por tratarse de una enfermedad que aún se está combatiendo activamente. De ahí que organizaciones a nivel mundial hayan comenzado a impulsar esquemas de pasaportes sanitarios a través de documentos digitales que indiquen el resultado de una prueba de COVID-19, e incluso si la persona ha podido vacunarse.
Generar esta información requiere de una fuerte coordinación entre entes públicos y privados, asegura Gerardo Herrera, académico de la Universidad Iberoamericana, pues intervienen desde los laboratorios que hacen las pruebas COVID-19 y las autoridades migratorias, hasta las aerolíneas como transportistas.
“Ahorita el turismo está dominado por la incertidumbre. Un pasaporte sanitario va a generar un efecto de red o grupo, y va a dar confianza porque sabes que todos los que están en un vuelo o un hotel tienen un pasaporte”, explica.
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Uno de los primeros casos del uso de estos documentos ha sido el IATA Travel Pass, de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por su sigla en inglés), que, junto al gobierno panameño y la aerolínea Copa Airlines, tiene previsto comenzar a probarse este mes.
“El IATA Travel Pass ayudará a los gobiernos a confiar en que los pasajeros han cumplido con los requisitos de salud, lo que permite que la aviación reconecte a las economías de la región entre sí y con el mundo”, dijo Peter Cerdá, vicepresidente regional de IATA para las Américas, citado en un comunicado.
La industria turística ve en los también llamados pases de viaje una alternativa a la imposición de restricciones de viaje y cuarentenas, contra las cuales se han opuesto en más de una ocasión.