“Desde el punto de vista operativo, es muy probable (que Deer Park se convierta en el activo más importante), ya que las refinerías en México han operado a muy bajos niveles y producen mucho combustóleo, el producto de menos valor agregado y más contaminante”, dice Lenny Rodríguez, analista de S&P Global Platts.
¿Por qué Pemex compró la refinería Deer Park en Texas?
Deer Park, cuya compra aún espera aprobaciones regulatorias, sumará cerca de 340,000 barriles de capacidad de procesamiento de crudo a los seis complejos existentes de Pemex, que ya producen 1,546 millones de barriles diarios.
Los analistas del sector coinciden en que comprar el otro 50% de Deer Park por 600 millones de dólares tiene mucho más sentido que la construcción de la refinería Dos Bocas, que costará cerca de 9,000 millones de dólares, debido a que el complejo ubicado en territorio estadounidense tiene operación probada, contratos de suministro de combustibles, un alto nivel de procesamiento e infraestructura construida.
Una oferta inesperada
Los planes del gigante Shell, que apuntan a una transición energética más que a ampliar las capacidades de refinación, encuadraron con la estrategia mexicana de maximizar la producción de gasolinas.
La compra de la refinería –dijo Shell en un comunicado– resulta de una oferta no solicitada por parte del gobierno mexicano. Y detrás de la adquisición, dicen fuentes al interior de Pemex, existe una intención del gobierno mexicano por maximizar sus ganancias, pese a que en los dos últimos años la petrolera registró pérdidas por su participación en la refinería.
En 2020, las pérdidas para Pemex, por la mitad de la operación de Deer Park, ascendieron a 4,056 millones de pesos y en 2019 las pérdidas sumaron 1,438 millones de pesos. Antes de esto, las cifras resultantes de la operación eran positivas, de acuerdo con el último reporte financiero entregado por Pemex a la Comisión Bancaria y de Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés).