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Economía circular: el nuevo foco de los negocios

Las empresas empiezan a implementar estrategias de economía circular. Sin embargo, aún falta para que esto evolucione más allá de la gestión de residuos
jue 26 agosto 2021 05:00 AM
Economía circular
Las empresas están acelerando sus apuestas para cerrar el círculo virtuoso de los desechos: no solo se trata de reciclar, sino en pensar, desde el diseño, en el residuo cero.

Fue un pequeño cambio, pero permitió eliminar el uso de 6,000 toneladas de plástico al año. Unilever lo hizo con el rediseño de la tapa de las botellas de Savilé, una de sus líneas para el cuidado del cabello. La empresa de productos de consumo incorporó resina reciclada a sus envases, un material que puede utilizarse en sus líneas de producción sin necesidad de realizar cambios. “Muchas de nuestras máquinas son fáciles de adaptar y esto nos permite ajustar modelos si hacemos el rediseño de un producto. Es mucho más económico y sustentable”, explica Mei Crespo, gerente de Asuntos Corporativos para el norte de Latinoamérica de Unilever.

No solo se trató de usar material reciclado, sino de hacer cambios desde el diseño. La etapa en la que la estrategia de sustentabilidad de las empresas solo incluía separar los desechos y reciclar ha dado paso a una estrategia más integral que cada vez utilizan más empresas, la economía circular.

Esta fórmula impulsa a repensar los modelos productivos para que, sin dejar de lado las ganancias, las empresas mitiguen su impacto ambiental.

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Además, refuerza la conexión con los consumidores más jóvenes, que se preocupan más por el planeta. Según un estudio de la consultora de consumo Kantar, uno de cada cinco compradores ha adquirido hábitos más respetuosos con el medioambiente desde que inició la pandemia.

La premisa de la economía circular es sencilla: pensar en el ciclo de vida de los materiales desde la etapa de diseño del producto, para usar menos y con menor huella de carbono, reciclar los utilizados e incorporarlos en los nuevos productos. El objetivo es que los materiales se mantengan dentro de este círculo durante el mayor tiempo posible y, con ello, extender su vida útil y reducir al mínimo la generación de residuos.

No todos son plástico. Heineken México transformó los restos de la cebada que usa para hacer su cerveza en los vasos en los que se sirve en los conciertos y festivales que patrocina, como el Vive Latino. Luego, colocó contenedores en los eventos y, en 2019, recuperó 10 millones de vasos de cebada y plástico que convirtió en mobiliario para su corporativo. Ese año, antes de que en 2020 los eventos en vivo fueran cancelados por la pandemia, 25% de los vasos que la empresa distribuía ya eran de cebada. También ha recuperado 19,000 enfriadores, de los cuales el proveedor reutiliza el 90% de sus componentes para manufacturar nuevos.

El valor de la basura

Algunos secores han puesto metas para hacerse cargo de los residuos y evitar que lleguen al relleno sanitario. La Cámara Nacional de la Indus tria de Productos Cosméticos (Canipec) impulsa que se recuperen al menos 30% de los desechos del sector y que 20% de los empaques contengan material reciclado hacia 2025. “Cada empresa debe hacer una estrategia interna, con los ajustes necesarios para generar la circularidad”, afirma Carlos Berzunza, director general del organismo.

Los esfuerzos se hacen por separado. Natura trabaja en la recolección de residuos con la empresa Ecolana, pero busca alinearse con los proyectos de economía circular que ya ha puesto en marcha en Brasil.

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Griscelda Ramos, directora de Sustentabilidad de la empresa en México, explica que la compañía tiene un piloto para producir en el país algunos productos que trae desde Brasil y Colombia. Así reducirá las emisiones de carbono generadas por las importaciones. “Esto nos va a permitir integrar material reciclado en su fabricación local. Ayudará mucho a cerrar el ciclo de la recuperación de residuos y lograr esta circularidad de los empaques”, apunta.

El objetivo es el residuo cero y, en el caso de Nestlé, la empresa consiguió neutralizar todo el plástico equivalente de sus desechos posconsumo y tiene como objetivo que, en 2025, el 100% de sus envases sean reutilizables o reciclables. Además, impulsa el cambio de plástico virgen a plástico reciclado de grado alimenticio para acelerar el desarrollo de soluciones innovadoras de empaque.

Juan Pardo, director de Asuntos Corporativos de la empresa en México, comenta que es uno de los nudos por desatar. Y espera que otros plásticos generen el mismo círculo que el PET, cuyo reciclaje ya tiene un valor económico relevante, aunque su precio como materia prima es más alto que el virgen. “Hoy no tenemos un ahorro, sino un costo adicional de 3% sobre lo que gastamos en plástico, pero sabemos que esta es la vía y esperamos que sea temporal, hasta que se generen las economías para pasar de la neutralidad a la circularidad”, dice.

Aún no ha llegado a todas sus líneas de producto, pero ha empezado. Por ahora, las botellas de la línea de agua Nestlé Aquarel son 100% recicladas y reciclables. Además, 98% de sus embalajes son de materiales reciclables, como vidrio, cartón u hojalata.

Unilever tiene en el mercado envases de material reciclado en las marcas Ego, Dove y Hellmann’s. Natura hace lo mismo con Ekos y planea lanzar una nueva fragancia que tendrá un empaque reciclado.

La meta de Unilever es que, hacia 2025, el total de sus envases de plástico sean reusables, desde el 90% actual. Y al menos 25% de los productos de su portafolio serán de plástico reciclado. “Estas acciones sí requieren inversiones, no tenemos una bolsa específica destinada. De acuerdo al tipo de plástico, varían los costos, pero se traduce en el producto final. Cualquier rediseño o inversión que va con el componente de sustentabilidad, más que una inversión específica va con nuestro propósito de hacer de la sustentabilidad algo cotidiano”, apunta Crespo.

Más que recuperar

La economía circular va más allá de la recuperación de residuos y envases. También considera el uso de recursos que provengan de fuentes sustentables y considera la eficiencia en los procesos productivos. Unilever ha implementado cambios en sus fábricas en México y desde 2014 no envía residuos al relleno sanitario. Los desechos de alimentos son usados para alimento del ganado y el lodo residual, del tratamiento del agua, se emplea como fertilizante.

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Otro foco son las fábricas sustentables, como la que Heineken México abrió en Meoqui, Chihuahua, en 2018, para la cual invirtió 500 millones de dólares. Marco Mascarúa, vicepresidente de Asuntos Corporativos de Heineken México, explica que en esta planta se usan dos litros de agua por cada uno de cerveza y se ha reducido 16% el uso de energía eléctrica y 11% el de la energía térmica. La tecnología de la fábrica permite generar energía térmica con la captura de gas, además, las plantas de la empresa buscan el balance en el uso de agua, es decir, que el volumen que utilizan se regrese para su uso. “No todas las plantas tienen la tecnología para el uso de agua, estamos en proceso de hacer esas inversiones”, dice.

LEGO es otra empresa que ha encontrado una oportunidad en la economía circular. La firma desarrolla un prototipo de sus clásicos bloques con PET reciclado, que obtiene de proveedores en Estados Unidos. “Necesitamos hacer más pruebas para comprender cómo le damos color y diferentes formas. Planeamos trabajar en el prototipo al menos otro año antes de evaluar si entra en producción”, dice Mikkel Lotzfeldt, gerente de Sostenibilidad.

El efecto para las empresas es tangible y la ONU apunta que la economía circular podría reducir hasta 99% los desechos de algunas industrias y sus emisiones de gases contaminantes.

Para ello, el círculo debe cerrarse. Claudia Restrepo, socia de Sostenibilidad de Deloitte, afirma que las inversiones van creciendo porque han demostrado que tienen retorno, pero todavía hay desafíos, como impulsar políticas públicas para alentar estas inversiones: “La regulación incidirá en generar un movimiento importante en torno a tener estas prácticas”.

Qué es la economía circular

Este modelo redefine los sistemas productivos de las empresas para que, sin dejar de ser rentables, sean más amables con el medio ambiente.

1. Origen: Todo inicia con la producción responsable de materias primas. El objetivo del diseño es ahorrar en materiales y conseguir productos reusables, reciclables o compostables.
2. Distribución: Los productos se trasladan a los puntos de venta y a los compradores finales por rutas de distribución eficientes y embalajes que sean reusables y reciclables.
3. Recolección: A través de terceros o con recursos propios, las empresas recolectan sus residuos en la misma proporción de los materiales que ponen en el mercado.
4. Manufactura: La producción incluye los materiales reciclados y apuesta por operaciones eficientes para bajar su gasto de agua, energía, reducir sus emisiones de carbono y evitar la generación de residuos.
5. Consumo: Los consumidores son más responsables. Es importante incluir en los envases información sobre los materiales que se pueden reciclar, para hacer una correcta separación de la basura.
6. Reciclado y Reúso: Las compañías suelen recurrir a proveedores que transforman los residuos en materia prima reciclada para reincorporarla de nuevo en su producción.

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