En el mercado internacional, la historia es parcialmente similar. Aquí, Interjet transportó a 3.8 millones de pasajeros en su último año en operaciones previo a la pandemia, y su prematura salida de este segmento –desde abril de 2020, apenas unas semanas después del inicio de la contingencia sanitaria– ha dado ventaja a sus competidores.
En este mercado, Viva Aerobus también es la aerolínea que más pasajeros ha ganado, pasando de un tráfico de poco más de 365,000 usuarios a 1.3 millones en los primeros 10 meses del año. Con ello, su presencia en el segmento pasó de apenas 3% a 18%. Mientras, Volaris sumó poco más de 184,000 pasajeros, pero disparó su cuota de mercado, que pasó de 22% a 40%.
Mientras, Aeroméxico, que se mantiene como el líder en este segmento, redujo su preponderancia. La aerolínea comandada por Andrés Conesa pasó de tener 47% del mercado a 41%, a falta de más de 3 millones de pasajeros internacionales que no ha podido recuperar.
Efectos secundarios
Mientras las aerolíneas se reparten el botín que dejó Interjet, fuera del sector son otros quienes padecen la falta de opciones de viaje.
“El mayor perdedor es el pasajero”, considera Fernando Gómez Suárez, analista del sector aéreo. “Si son destinos exclusivos de una empresa, sí normalmente se presta para eso, se incrementan los costos”.
Desde la salida de Interjet, los especialistas advertían de una posible alza en los precios de los boletos aéreos. Sin embargo, ha habido varios factores que han contribuido a ello, como un entorno de alta inflación, que en noviembre cerró en 7.37% –el mayor en dos décadas–, y que para el transporte aéreo fue de 9.67%.
Por lo pronto, un regreso de la aerolínea no parece estar en el horizonte. Por una parte, la administración de la empresa –que preside Alejandro del Valle, quien compró más de 90% de sus acciones a la familia Alemán, y que tiene a Fernando Bertrand dirigiendo a la aerolínea– asegura que la empresa volverá en un plazo de cuatro a seis meses, pero los expertos ven un entorno sumamente difícil, por varias razones.
Para Félix, de Verum Calificadora de Valores, además de solucionar sus problemas financieros y operativos, sería necesario un ajuste del propósito y visión de la empresa.
“Si solucionan todo, el siguiente paso sería ver si es necesario ajustar su modelo de negocios”, explica. “Interjet era como una aerolínea híbrida, no era ni de low-cost, ni de servicio completo, y ese modelo de negocio hizo que cayera en problemas financieros”.
Gómez Suárez agrega que hay un efecto adicional para los consumidores: la caída en la reputación de la aerolínea.
“Pensar en que van a recuperar estos mercados es difícil, porque las mayores pérdidas que tuvieron también fueron de credibilidad y los clientes perdidos, que difícilmente volverían a volar con una empresa que puede dejarte colgado o sin vuelo”.