“A diferencia del Buen Fin, en el que las personas aprovecharon para comprar lavadoras, pantallas y otros electrónicos, en las compras de fin de año las compras son de un ticket más bajo. Las categorías que se buscan son grocery, porque la gente está haciendo más reuniones y por eso son los supers en donde hay un mayor consumo“, señala Fernanda González.
La cuesta de 2022
México inició 2021 en confinamiento y con cierres en gran parte de los comercios, y fue hacia el segundo trimestre cuando se reportó una recuperación, que se mantuvo constante. De enero a noviembre, las departamentales y autoservicios que integran la Asociacion Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD) reportaron ventas por 1,169 millones de pesos, un incremento de 1.3% respecto al mismo periodo del 2020, cuando ascendieron a 1,153 millones de pesos.
Sin embargo, el alza de precios puede borrar estos indicios de recuperación. Artemisa Montes proyecta que hacia el arranque de 2022 la cuesta de enero será más dura y uno de los impactos será una menor compra a crédito de bienes durables, como estufas o muebles, dado que es posible que los compradores sean más precavidos con su gasto para poder mantener las compras de productos básicos.
Por ahora ya hay signos de un freno en el consumo, después de que el Buen Fin 2021 queda lejos de su meta en ventas, que se fijó en 239,000 millones de pesos y acabó en 191,900 millones de pesos en su edición de este año, que duró cinco días menos.
“Con los precios altos se ven tickets más bajos. La realidad es que la gente es más consciente con las marcas premium, que lo tienen más complicado porque la gente adquiere otros productos por temas de ahorro. Pero no se van a dejar de comprar algunos productos que las personas adquieren siempre por el tema de referencia”, declara González.