“La marca no había invertido en México en más de cinco años, no había tenido aperturas en cinco años, ni remodelaciones en siete años. Ahora vamos a remodelar la tienda en centro comercial Antara (en Ciudad de México) y tenemos aperturas confirmadas en el centro comercial Mítikah y Andares, en Guadalajara. Estas inversiones nos van a regresar a los niveles de ventas pretendemos”, declara la directiva. La empresa, sin embargo, se reservó los montos de inversión.
Esto no es lo único que contempla este plan de la empresa. The Body Shop ha bajado la cortina de dos tiendas en el país en lo que va del año, y prevé mantener estos cierres con las unidades menos rentables, aunque por ahora no tienen un número estimado del número de tiendas que cerrarán de forma definitiva. Por ahora, cuenta con 34 unidades en México.
El cierre de unidades es una estrategia que otras empresas tomaron para hacer frente a la crisis, como el caso de la tienda Miniso, o algunos restaurantes que opera Alsea, y que de acuerdo con especialistas es un acierto para reestructurar los negocios y conocer cuales son las ubicaciones y formatos que son mejores para los negocios.
Pero, en el caso de The Body Shop, los cambios estarán centrados en la experiencia. Además de la estación de pruebas, la empresa implementará la venta de envases de aluminio para que los compradores tengan la opción de comprar el refill de champús, acondicionadores y cremas para el cuerpo.
La directiva, que tiene un año a la cabeza de las operaciones de The Body Shop en México, explica que estos cambios también buscan atraer a los compradores más jóvenes, que buscan opciones de marcas que sean sustentables y no hagan pruebas en animales.
“La pandemia nos hizo pensar que todo se iba a volver digital y la realidad es que el tráfico en los centros comerciales ya está en los niveles previos a la pandemia y ahora lo que buscan es experiencia en el punto de venta. No busca solo ir a comprar un producto, sino que sea un entretenimiento y tener contacto con la marca”, declara. “Todos los consumidores snos cuestionamos los estándares de responsabilidad social de las empresas, ante estos cambios reposicionamos la marca para aprovechar la coyuntura y aprovechar nuestro liderazgo”, añade Escamilla.