Ana de Saracho O'Brien, directora de asuntos públicos, regulatorios y mayoristas de Telefónica México, explica que apagar una red de acceso, así como devolver espectro y migrar a la par a sus 25.3 millones de usuarios, no es una tarea sencilla. Sin embargo, asegura, que pese a los retos que implicaba esta operación, la empresa logró hacerlo sin afectar a ninguno de los usuarios y a sus ocho Operadores Móviles Virtuales (OMV) que aún tiene en su tráfico.
El desmontaje de la infraestructura viene desfasado del apagado de red, agrega, porque hasta que no se quita la red de acceso no se pude retirar el resto del equipo. La empresa estima terminar este proceso hasta 2024.
Con la operación de su tráfico en la infraestructura de AT&T, Telefónica de México ha podido lograr ahorros operativos. La meta es lograr una reserva financiera de 230 millones de euros, los cuales empezarán a reflejarse una vez terminado el desmontaje de toda su infraestructura.
“Al primer trimestre de este año desmontamos 58,000 elementos de red como son antenas, aires acondicionados, batería y otros, y de estos, 44% se han tenido que ir a reciclar; 13% de los equipos se han podido reutilizar de manera interna, por ejemplo, algunas antenas se pudieron mandar a otras operaciones en Ecuador. El 36% de los equipos se han podido vender a terceros como son a torreros que han querido comprar algunos mástiles”, detalla la directiva.
De acuerdo con datos de la consultora The Ciu, la devolución de espectro por parte de Telefónica México se ha traducido en que el gobierno deje de ver en sus arcas 1,100 millones de pesos en pagos de derechos.
Otro de los beneficios que ha experimentado Telefónica México con el regreso del espectro ha sido aumentar su cobertura de tecnología LTE en el país, que permite tener una mayor velocidad de transmisión de datos. De acuerdo con la directiva, en noviembre de 2019 contaba con 38 mercados con esta tecnología, lo que se traducía en una cobertura nacional de 53%; sin embargo, dos años y medio después, cuenta con 227 mercados con LTE, es decir con 83% de cobertura nacional.
“Cuando decidimos hacer el convenio con AT&T teníamos una red 3G muy amplia, pero era de tercera generación. Ahora había que hacer el proceso de cambiarla a 4G y es ahí en donde nos vimos en conflictos para llevarlo a cabo, y si lo hubiéramos hecho nosotros nos hubiera tomado hasta cinco años y lo pudimos hacer en dos años y medio”, asegura.
“La decisión de Telefónica México (de usar la infraestructura de AT&T) causó muchas dudas, desde plantear la salida de la empresa del país, hasta una fusión o que nos convertiríamos en un operador móvil virtual. Pero nos deja en claro que somos un caso de éxito (…) seguimos siendo uno de los tres operadores”, apunta De Saracho.
Inicia pruebas de 5G
La tecnología de quinta generación es una de las grandes apuestas de los operadores de telecomunicaciones como Telcel y AT&T, que este año buscan densificar su red 5G.
Telefónica no quiere quedarse atrás. La empresa reveló que ya empezó hacer pruebas, las cuales van acompañadas de un análisis de comportamiento de mercado que les ayudará a lanzar una oferta de servicio atractiva y, de acuerdo con las necesidades de los usuarios, porque uno de los temas fundamentales de 5G para las compañías de telecomunicaciones es su sostenibilidad.
“La quinta generación en redes es la evolución natural del 4G. La gran ventaja que tenemos es que nuestros acuerdos mayoristas con AT&T nos da acceso a cualquier tecnología que tengan disponible para todos sus usuarios. Nosotros por el momento hacemos un análisis de cómo se comporta el mercado para lanzar una oferta de valor que realmente permita impulsar la conectividad y que sea sostenible e inclusiva”, dijo De Saracho.