La decisión de la marca japonesa de trasladar parte de la producción del crossover a México es parte de una estrategia global de la compañía para ser más eficiente mediante líneas de producción más flexibles que sean capaces de ensamblar varios modelos con diferentes motorizaciones.
Una de las plantas que está siendo reconvertida bajo este nuevo esquema de producción es la de Hofu en el suroeste de Japón. Tras concluir la remodelación de la línea H2, ahora toca el turno de la H1, donde se fabricaba el CX-3, cuya producción será relocalizada a otros dos complejos ubicados en mercados o regiones específicas en los que continuará la comercialización de este modelo.
El Mazda CX-3 es un crossover subcompacto que se basa en el Mazda2, pero ofrece una posición de asiento más alta. La generación actual se presentó en 2016 y recibió una actualización en 2018. Aunque la comercialización del modelo se suspendió en Estados Unidos y Europa en 2021, el modelo se seguirá comercializando en el mercado mexicano.
En 2019, previo a las irrupciones que la pandemia ocasionó en la cadena de suministro, Mazda vendió casi 10,000 unidades de CX-3, equivalentes al 17% de sus ventas totales en el país.
El traslado de la producción desde la planta japonesa a México y Tailandia redujo la disponibilidad de unidades de CX-3, lo cual generó listas de espera de hasta 10 meses por el modelo. Mazda espera que el tiempo se reduzca conforme la planta mexicana logre escalar la producción del crossover.
Takuji Iwashita, presidente y CEO de planta de Mazda en Salamanca, dijo que el objetivo es producir alrededor de 15,000 unidades al año, las cuales estarán destinadas en su totalidad al mercado mexicano. "Es el inicio de una nueva estrategia de producción en el país, con un mayor enfoque al mercado doméstico, con miras a favorecer los planes de crecimiento de la marca” dijo.
¿Versiones más accesibles de CX-3 a la vista?
Con la producción local de CX-3, que se suma a la de CX-30, la marca buscará generar economía de escalas para ser más competitiva en uno de los segmentos de mayor crecimiento en el país.
"Prácticamente todos los competidores están entrando en este segmento con más productos y nosotros ya competimos con dos modelos, CX-3 y CX-30. Al tener la producción local de ambos modelos vamos a poder jugar más de frente con los competidores que existen", dijo Barbeyto en una entrevista realizada en abril.
"Hoy, si haces un análisis de precio en ese segmento (el de los SUV subcompactos), nosotros somos los más caros y aun así tenemos un buen volumen de ventas. Vendemos a un precio más premium, pero con estas economías de escalas de los productos que se producen en Salamanca vamos a tener un beneficio", añadió.
A mediados de año, Mazda lanzó una versión más económica de su sedán subcompacto Mazda2, que también se produce en el complejo y que comparte plataforma con CX-3.
La planta de Salamanca arrancó operaciones en enero de 2014 y desde entonces ha producido 1.35 millones de unidades.