Las rupturas en las cadenas de suministro a nivel global, la falta de semiconductores, el encarecimiento en las materias primas y el alza en los fletes de transportación, han ocasionado en el sector automotriz una especie de tormenta perfecta, que provocado un repunte en el costo de las unidades de hasta 14.6% en 2022, el incremento más pronunciado en la última década, según datos de la consultora J.D. Power.
Este incremento supera a la inflación general, que fue de 8.7% al cierre del mes de septiembre. La cifra más alta reportada en 22 años.
Lo anterior ha permeado en los niveles de ventas. Antes de la pandemia por Covid-19, en México se comercializaban en promedio 1.3 millones de automóviles nuevos al año, pero desde el inicio de la contingencia sanitaria, el promedio disminuyó a alrededor de un millón de colocaciones en el mercado local.
Ante este escenario, los fabricantes están encontrando en los esquemas de financiamiento un “salvavidas”, al impulsar diversas estrategias que permiten seguir conservando sus niveles de ventas pese dicho encarecimiento, como el lanzamiento de nuevos planes, entre los que destaca el crédito balloon o “pago global” y el arrendamiento.
“No es que estos esquemas no existieran antes, pero la oferta ha incrementado porque permiten diluir un poco más las mensualidades o acortarlas en algunos casos”, menciona Gerardo San Román, director de Jato Dynamics para América Latina.
La ventaja de este esquema es que le permite al consumidor financiar una parte del precio total del vehículo y obtener una mensualidad competitiva durante 36 o 48 meses, con la posibilidad de decidir, una vez transcurrido ese tiempo, si desea refinanciar el monto pendiente o dejar el vehículo como enganche de otro nuevo.
Para las marcas es una forma de acortar el tiempo de renovación vehicular: en lugar de tener que esperar cinco o seis años a que el cliente termine de pagar su crédito tradicional, lo tendrán de vuelta a los tres o cuatro años.
San Román estima que actualmente el crédito “balloon” genera 5% de las ventas totales por financiamiento en el mercado local, cifra que podría ir aumentando en función de la disponibilidad de vehículos, destacando que comienza a ser cada vez más popular.
Desde una perspectiva sectorial, los consumidores se están inclinando hacia las compras a través del financiamiento. A nivel nacional, de enero a agosto el 59.4% del total de compras de vehículos ligeros nuevos se realizaron a través de un banco o financiera de marca, lo que significó un crecimiento de 0.9% en comparación contra el mismo periodo del año pasado, de acuerdo con datos proporcionados por la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA).
Guillermo Rosales, presidente del organismo, considera lo anterior como “buenas noticias”, puesto que una mayor participación de los agentes económicos incentiva la competitividad, acrecentando así la oferta que llega a los consumidores.
“El flujo de crédito se mantiene abierto, hay una intensa competencia entre las financieras de marca y los bancos, y a la par, vamos recuperando inventario y con ellos ventas. Las colocaciones crediticias igualmente están mostrando un ciclo favorable”, asegura Rosales en conferencia de prensa.
El arrendamiento es otro esquema que también se está viendo impulsado como consecuencia de la diversificación en la oferta. A mediados de junio fue lanzada BitCar por parte de TIP México, una plataforma 100% digital enfocada al arrendamiento para personas físicas.
San Román destaca que anteriormente, los esquemas de arrendamiento solamente estaban disponibles para personas físicas con actividad empresarial o personas morales, lo que “deja ver la popularidad que empiezan a tener estos planes o estas alternativas de compra”, añade.