En el caso de Aeroméxico, el segmento de ingresos complementarios creció en más del doble al alcanzar 1,972 millones de pesos, y ya concentra 9.2% de los ingresos de la aerolínea respecto al índice de 6.1% registrado en el mismo periodo de 2021.
“Los ingresos generados por ventas de productos premium, productos complementarios y otros ingresos asociados a pasajeros aumentaron 143.6% en comparación con el mismo periodo de 2021. Aeroméxico continuará implementando iniciativas estratégicas que permitan mayor personalización de servicios y productos”, dijo la aerolínea en sus estados financieros del periodo.
Para Brian Rodríguez, analista de Monex Grupo Financiero, esto supone una mejora respecto a los márgenes de rentabilidad de trimestres anteriores, que habían resultado en pérdidas a causa del alza del combustible.
“El punto de inflexión debería llegar en algún momento cuando la inflación comience a bajar y el conflicto geopolítico de Rusia en Ucrania (se resuelva)”, refiere.
En conjunto, Aeroméxico, Viva Aerobus y Volaris tuvieron un alza promedio de 75% en el precio de la turbosina durante el trimestre; para afrontar el encarecimiento –que se ha desacelerado respecto a otros periodos, en el que el aumento era de más del doble– las aerolíneas han apostado por llenar cada vez más sus aviones.
“El modelo de negocios de la empresa se fundamenta en precios de boletos bajos para estimular demanda. A su vez, la baja en los precios ayudó a que el factor de ocupación se expandiera”, dijo Marco Montañez, especialista de Vector Análisis, en un análisis sobre Volaris.
Para los especialistas, la continuidad de esta estrategia radica en las perspectivas que hay del mercado en el mediano y largo plazos, que apunta a un crecimiento sostenido de la mano del crecimiento de la clase media y la evolución de los viajes de negocios.
“Vemos sostenible que la demanda de turismo siga creciendo. La generación millennial representa entre 40% y 45% del turismo a nivel mundial, es una evolución constante. Más allá de los datos económicos y las presiones inflacionarias, el consumo personal ya destina bastante de estos recursos a los viajes de placer”, concluye Rodríguez.