El instituto declaró a América Móvil como Agente Preponderante en 2014. En ese momento, la empresa de Carlos Slim tenía una participación de 66.1% en el mercado de las telecomunicaciones, por lo que tuvo que implementar una serie de medidas impuestas por el órgano regulador para reducir su “alta concentración en el mercado”.
En los primeros tres años hubo avances importantes: para 2017 la empresa controlada por Carlos Slim pasó de 66.1% a 60.1% de participación, lo que significó una reducción de seis puntos. Entonces los analistas estimaron que sólo se requerirían ocho años para lograr un equilibrio en el mercado de telecomunicaciones.
Pero desde que se hizo esa primera medición, la efectividad de las medidas para reducir la preponderancia de América Móvil se ralentizó: entre 2017 y 2020, el nivel de participación sólo se redujo en poco más de dos puntos porcentuales. Por ello, analistas de la consultora The Ciu consideran que se requerirán hasta 20 años para lograr un equilibrio en la participación de mercado del sector.
Al tercer trimestre de 2022, la empresa controlada por Carlos Slim ostenta 59.6% de la participación del mercado móvil y concentra 70% de los ingresos totales del sector.
Las últimas medidas asimétricas que le fueron impuestas a América Móvil fue en diciembre de 2020 entre las cuales están el desbloqueo de equipos terminales; es decir, que le empresa está obligada a ofrecer contratos separados, uno para el servicio de telecomunicaciones (internet) y otro para la compra-venta de equipos móviles, además deberá darle la posibilidad al consumidor de continuar con el contrato del equipo si es que decide cancelar el servicio.
Además debe establecer en el contrato de compra-venta del equipo móvil, condiciones y términos de referencia tales como información sobre descuentos, subsidios y condiciones de liquidación anticipada.
Otra medida que incluyó el órgano regulador de las telecomunicaciones fue que América Móvil no puede aplicar tarifas, ni condiciones de calidad de servicio diferente en las llamadas de sus usuarios si terminan dentro de su red o fuera de ella, es decir, aplicar el llamado efecto club.
Por otra parte, ahora el operador preponderante de las telecomunicaciones está obligado a entregar al regulador los contratos que haya firmado con empresas de su grupo para la provisión de servicios mayoristas regulados con el fin de revisar si hay mejores términos y condiciones que deban incorporarse a las ofertas de referencia, o bien, que puedan solicitarse bajo el principio de no discriminación.