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La alemana Wintershall Dea cuenta su versión de la historia del campo Zama

La pugna por el activo detuvo los trabajos en el campo durante dos años. Ahora, con la entrega del plan de desarrollo al regulador del sector parece haber una luz al final del túnel.
vie 24 marzo 2023 05:00 AM
Mario Mehren
Mario Mehren es CEO de Wintershall Dea, la segunda petrolera con más participación en el campo Zama, después de la estatal Pemex.

Mario Mehren regresó en noviembre a la Ciudad de México, después de más de dos años en los que la pandemia le impidió, como a casi todo el mundo, llevar su rutina normal. Él es CEO global de la empresa alemana Wintershall Dea y antes de la aparición del covid-19, dedicaba gran parte de su tiempo a ir y venir a los sitios en donde la petrolera tiene operaciones. México es el país en donde la compañía registra el crecimiento más acelerado de todo su portafolio. La visita de Mehren solo fue de tres días y en el itinerario resaltaba una reunión que sostuvo con uno de sus socios más relevantes de la región.

Mehren dice que había escuchado que desde la oficina en donde sostendría el encuentro, tendría una de las mejores vistas de la ciudad, pero ese día se asomó por el ventanal, en uno de los pisos más altos de esa famosa torre, y el paisaje era gris. Era un martes de noviembre, nublado y con contingencia ambiental. El encuentro, a diferencia del clima del día, fue bueno, cuenta bromeando en la sede de Wintershall Dea en México. La oficina a la que Mehren fue en aquella ocasión es la de Octavio Romero Oropeza, y ese socio estratégico para la alemana es Pemex.

Esta no sería la primera vez que ambos directores se reunirían. La penúltima ocasión fue durante el primer semestre del 2021, en Tabasco. Pero en noviembre pasado, el contexto fue distinto: Pemex y un consorcio de compañías privadas –incluida Wintershall Dea– estaban ya en la última fase de las negociaciones sobre el campo Zama, el primer descubrimiento de petróleo hecho por petroleras internacionales en México, que ha causado una disputa entre el gobierno mexicano y el sector privado. Zama físicamente está frente a las costas de Tabasco, pero en los últimos meses se ha situado en el centro de las consultas comerciales en materia energética entre México, Estados Unidos y Canadá.

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Mehren no dejó claro si en esa reunión en la Torre Ejecutiva Pemex se cerró el acuerdo final sobre el campo, pero dijo que sí se habló de otros proyectos que estarían gestándose. Justo en esos días, las pláticas sobre los temas técnicos del acuerdo para operar el campo finalizaron, según fuentes. Ayer las compañías entregaron el plan de Zama al regulador petrolero, justo en el límite del plazo pactado.

La controversia por Zama llevaba más de dos años. Talos Energy, Premier Oil y Sierra Oil anunciaron en 2017 el descubrimiento como uno de los más grandes en décadas. Para 2020, las sospechas sobre que este estaba en medio de un bloque de la estatal Pemex y el adjudicado a Sierra Oil & Gas –adquirida por Wintershall Dea en 2019– y sus socios se confirmó. En los meses siguientes, el gobierno mexicano falló a favor de Pemex al designar a la petrolera como operadora del campo, teniendo como base un análisis con variables sesgadas, y entonces las diferencias tomaron fuerza.

Talos Energy, el operador del bloque 7 y otro socio del consorcio, manifestó entonces su desconcierto sobre cómo avanzó el proceso del campo, y envió hace más de un año una notificación de disputa contra el gobierno mexicano, un proceso previo al arbitraje internacional.

Pero el CEO de Wintershall Dea dice que está satisfecho y convencido de que se ha tratado de un proceso transparente. “Yo acepto completamente y estoy de acuerdo con los resultados. (...) Fue un proceso bien transparente, entonces está claro para nosotros aceptar ese resultado. También pensamos que el proceso de la unificación fue un proceso transparente”, dice el directivo a Expansión. La entrevista se llevó a cabo en noviembre pasado.

La opinión de Wintershall Dea pudo haber definido mucho del plan de desarrollo del campo: es el segundo socio más grande, solo detrás de Pemex, con poco más del 19.83% de participación. La estatal se ha quedado con una parte mayoritaria, con el 50.43%. Talos Energy se quedaría con el 17.35% y la escocesa Harbour Energy –formada en 2021 tras la fusión de Premier Oil y Chrysaor– el 12.39%.

La aprobación de Pemex como operador del campo restó ímpetu a los esfuerzos de Talos Energy por liderar los trabajos del campo y ahora apoya la postura gubernamental de dar a Pemex más protagonismo en el sector.

El plan de desarrollo de Zama

Las compañías, según lo publicado este jueves en un par de comunicados, han optado por “unificar talentos” y han decidido formar un equipo integrado que se repartirá las tareas. Pemex y Talos Energy codirigirán la planificación y perforación de los más 40 pozos que tendrá Zama y también la planificación de lo relacionado con la infraestructura marina.

Así, Talos habría conseguido algo de lo que exigía: estar activamente en la operación del campo y el desarrollo de la producción. “Todos han quedado satisfechos y contentos con el resultado, ahora mismo hay una relación de muchísima cordialidad”, dice una de las fuentes cercanas a las negociaciones. Talos no ha informado si ha desistido o no de continuar un proceso legal internacional.

La alemana parece no haber puesto resistencia a que el gobierno mexicano lidere los esfuerzos en el campo, pese a la incredulidad de los analistas sobre la capacidad financiera y tecnológica de Pemex. Las compañías ya han aprobado, señala el directivo, los términos de inversión y esta será proporcional a los porcentajes de participación, con Pemex al frente, con más del 50%. En el anuncio de ayer, las empresas no hablaron sobre el monto de inversión que se destinará al proyecto.

Fuentes cercanas a los diálogos afirman que a finales del año pasado, los socios del bloque 7 no habían logrado llegar a una postura conjunta sobre lo que buscaban del campo y las demandas a Pemex, y eso debilitó la postura de la parte privada, sobre todo, de Talos. En las discusiones también estaba Harbour Energy. Mehren se negó a confirmar la versión y se limitó a decir que la petrolera y el resto de involucrados perdieron un poco de tiempo en las conversaciones “por no tener la misma actitud constructiva". "Pero es lo que es, ahora hay que mirar hacia adelante y asegurar que no estamos perdiendo más tiempo. Hay que trabajar ahora en conjunto, como equipo, muy duro para llevar el proyecto adelante, muy eficiente”, añade.

El rol de Wintershall Dea

La alemana no quiere ser protagonista en la operación de Zama –que podría producir entre 150,000 y 180,000 barriles diarios–, pero dice que saben que sí pueden agregar valor: “Nosotros, como los segundos más grandes dentro de ese consorcio, queremos tomar un papel muy importante, estamos dispuestos a tomar responsabilidad”. En los anuncios de ayer se dio a conocer que Wintershall Dea participará en la oficina de gestión del proyecto y en el grupo de trabajo de finanzas.

Mehren comenta que Zama es el activo más importante para la petrolera alemana en el país. La empresa no se hizo del bloque donde está el yacimiento desde el inicio, sino hasta que compró a la mexicana Sierra Oil & Gas a finales de 2018. El campo aún no reporta producción, pero lidera su lista de prioridades, pese a una serie de decisiones comerciales hechas en los últimos meses que favorecerán su portafolio. En octubre pasado, anunció la compra de un porcentaje del campo Hokchi y aumentará sus esfuerzos en la exploración y producción de aguas profundas en el bloque 29 –en el que comparte adjudicación con Repsol y en donde esta última es operadora–. Pero Zama es “un proyecto de importancia tremenda”, según las palabras del directivo.

Los negocios entre Pemex y Wintershall Dea no se limitan al campo Zama. Las petroleras tienen otros cuatro negocios en conjunto, en donde resalta la operación del campo Ogarrio. La estatal ha comenzado a cerrar negocios con compañías privadas –al igual que la CFE–, pero sin procesos competidos, como las rondas. Mehren se dice interesado en aumentar su presencia en México, sobre todo, en el mercado del gas –donde tiene el 70% de su portafolio–, pero sin un proyecto en firme. Pemex de a poco se ha abierto al mercado privado y Wintershall Dea no quita el dedo del renglón.

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