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Los 3 factores imposibles de cumplir para Talos que dieron Zama a Pemex

El análisis técnico que dio la factibilidad del megayacimiento Zama a Pemex por encima de Talos tiene elementos que solo la petrolera estatal puede acreditar.
vie 09 julio 2021 05:00 AM
Zama
El yacimiento Zama se ubica en aguas que podrían denominarse profundas, un segmento poco explorado por Pemex.

El megayacimiento Zama se ha convertido en el último enfrentamiento entre el gobierno federal y las compañías privadas. A inicios de la semana, la Secretaría de Energía informó que otorgaba el control del campo a Pemex , después de meses de intentar sin éxito un acuerdo con Talos. La empresa estadounidense que lidera el consorcio que se disputaba la operación del campo perdió el control de éste por tres factores que, en la práctica, le eran imposible acreditar a la compañía.

De acuerdo con documentación a la que tuvo acceso Expansión, la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) dio en un análisis su visto bueno para que Pemex se haga de la titularidad de Zama –el primer descubrimiento hecho por privados en el país– al acreditarle a la estatal tres rubros que difícilmente podía cumplir el consorcio privado, en el que también participan las empresas Premier Oil y Wintershall Dea: contar con una producción de al menos 10,000 barriles de petróleo en el país, tener capacidad de transporte y comercialización instalada y, por último, proyectos de desarrollo nacionales.

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El análisis en el que la Secretaría de Energía basó su decisión para favorecer a la estatal tomó como base 20 criterios, 17 de los cuales fueron cumplidos por Talos, mientras que Pemex acreditó la totalidad. Pero los tres criterios que quitaron ventaja al jugador privado iban encaminados, desde un principio, a favorecer a la estatal mexicana, dicen fuentes entrevistadas.

Ambas compañías debían acreditar una producción en México de al menos 10,000 barriles de petróleo. El consorcio privado liderado por Talos, que llegó al país en 2015, sólo posee dos activos en el país –el bloque 2 y el bloque 7, ganados en la ronda 1.1–, ambos aún en fase de exploración. En Zama, su primer descubrimiento y que tiene un potencial de producción de 670 millones de barriles, no ha podido lograr operación comercial debido a la serie de procesos que ha protagonizado con Pemex para intentar llegar a un acuerdo para la operación del campo.

La estadounidense Talos sí puede acreditar producción, aunque aún no en territorio mexicano, y eso hace que el criterio seleccionado le sea imposible de cumplir a la compañía, dice Pablo Medina, de la consultora Welligence con sede en Houston. La empresa reporta una producción diaria de alrededor de 55,000 barriles diarios en campos estadounidenses.

Lo mismo, coinciden los analistas entrevistados, sucede con la capacidad de transporte y comercialización. El consorcio privado ha centrado sus actividades en el país en la exploración de los dos bloques que ganó en 2015, sin aún incursionar en el paso siguiente de la cadena de valor.

De acuerdo con el documento, Talos también debía acreditar tener capacidad de transporte y comercialización de producción instalada en México, con la que se pueda atender de manera inmediata la próxima producción de Zama, y contar con experiencia en la operación de campos similares en el país que ya estén en etapa de desarrollo. Es decir, que ya reporten producción de crudo. Dos rubros fuera del alcance de Talos, dicen los analistas.

El análisis califica otros factores, como la experiencia operativa, la experiencia técnica y la experiencia en la administración integral, que a su vez se dividen en una serie de puntos. En todos estos, ambas empresas lograron obtener la misma puntuación.

"Con base en los resultados observados, se indica que Pemex Exploración y Producción (PEP) presenta condiciones y características técnicas, así como de ejecución favorables, que garantizan el desarrollo del Campo Zama en el corto plazo, en condiciones de factibilidad técnica", concluye el documento del regulador petrolero.

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Una fuente cercana a las negociaciones explicó que, incluso dos días después de hacerse pública la decisión de la Secretaría de Energía (que en realidad le fue notificada a la empresa hace una semana), el consorcio privado no conocía el documento técnico en el que la dependencia basó su decisión y al que Expansión tuvo acceso. La Secretaría fue consultada sobre el tema, pero aseguró que no dará comentarios al respecto.

Hay un punto que también llama la atención, dice Medina. El análisis en el que se basa la superioridad de Pemex para operar Zama toma como base el desempeño de la estatal en seis campos actualmente en operación –Balam, Ek, Octli, Mulach, Hok y Pokche–, tres de ellos con una producción con tendencia hacia la baja en los últimos meses.

Todos los campos evaluados para la designación de Pemex, con base en un análisis de Welligence, son con roca de tipo arenisca, similar al campo Zama, pero todos estos se encuentran a una profundidad promedio de 50 metros, lo que los hace incompatibles con las características del megayacimiento en disputa, que está a 165 metros de profundidad.

Al inicio del sexenio, Pemex renunció a explotar campos en aguas profundas con el argumento del bajo récord que tiene en el rubro y las altas inversiones necesarias para estos campos. La petrolera decidió enfocarse en campos terrestres y de aguas someras. Pero Zama, debido a su complejidad, se asemeja más a un activo de aguas profundas, de ahí la duda de los analistas sobre la capacidad de la petrolera para operar el campo.

Incluso, el documento de la CNH reconoce que la profundidad máxima a la que Pemex ha obtenido producción de petróleo es en activos con tirantes de agua de 122 metros.

En los últimos años la petrolera estatal ha centrado su experiencia en campos con una profundidad de entre 41 y 88 metros, de acuerdo con datos de la consultora IPD Latin America. “En términos técnicos, las capacidades de Pemex causan duda. La verdad es que no está operando y no ha operado en aguas tan profundas. Dicen que (Zama) es aguas someras, pero la tecnología y el entendimiento es mucho más parecido en aguas profundas”, dice John Padilla, una analista con sede en Colombia y managing director de IPD.

El tamaño de Zama daba a Talos el impulso necesario para que la compañía desarrollara planes por varias décadas en el país, según Timothy Duncan, presidente y CEO de Talos, en una entrevista a Bloomberg en 2017. Pero la última jugada de Sener, que ha sido calificado por muchos analistas como uno de los golpes más fuertes al sector privado, amenaza con cambiar los planes de la estadounidense.

Pemex no se ha pronunciado sobre la decisión de la Sener. Mientras tanto, Talos, que era un explorador poco conocido cuando ganó los dos bloques en las rondas petroleras, ha advertido que recurrirá a acciones legales para frenar la decisión del gobierno federal.

Pero, por ahora, las compañías deberán trabajar en conjunto para entregar un plan de trabajo al regulador del sector, que definirá en el corto plazo el futuro del megayacimiento.

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