Francisco Madrid, director general del Cicotur Anáhuac, explica que en Brasil hay una concentración de apenas 30% de la población en las 10 principales áreas metropolitanas, con lo cual hay una dispersión de habitantes muy alta que se traduce en un reto para obtener una visa, pues México sólo tiene tres consulados en el país.
“En 2022 el mercado brasileño venía en proceso de recuperación, era el 20 mercado mundial y el primero en América Latina (…) Además, es el séptimo país con mayor gasto de turista internacional, de 2,177 dólares el año pasado. Con la pandemia disminuyó la llegada de brasileños, y luego un poco más como efecto de la política [de visado]”, dijo el especialista en conferencia de prensa.
La suspensión del visado a brasileños data de un acuerdo en 2004, que fue suspendido en 2005, pero que se retomó en cierta medida a partir de 2010, cuando se permitió el libre tránsito de viajeros con visa estadounidense. Para el 2013 se retomó el acuerdo de suspensión de visas, pero en 2021 se suspendió para dar paso a un visado digital, y para agosto de 2022 el visado digital se canceló por un documento físico.
Para Braulio Arsuaga, presidente del Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET), la medida tiene un efecto negativo en un momento donde el sector sigue recuperándose del covid-19 en condiciones adversas, como la falta de un mecanismo de promoción del país, que desapareció con la extinción del Consejo de Promoción Turística de México (CPTM).
“La decisión unilateral de haber quitado esta facilidad ha afectado los negocios”, enfatizó el representante de la industria.