Conforme avanza el despliegue a sitios más remotos, la orografía supone la mayor complejidad para llegar e instalar infraestructura, por lo que se proyecta que a partir de ese punto el plan correrá de manera lenta, asegura Teresa Gómez, gerente general de Internet para todos, quien también reconoce que parte del desarrollo positivo de proyecto de conectividad proviene del apoyo gubernamental a través de la donación de la fibra óptica e infraestructura que ya tiene desplegada.
“El modelo es exitoso cuando todos se unen como son las empresas de aquí, los tres operadores [Claro, Entel y Movistar]. Pero el próximo paso es conectar a las otros tres millones de personas, y para hacerlo ahora, buscamos articular mayor trabajo con el Estado y con otros entes privados”, adelantó la directiva.
Mientras el proyecto de Internet para Todos de Perú avanza, el de México se estanca. A la par del plan de Perú en el país surgió el proyecto de conectividad del presidente Andrés Manuel López Obrador bajo un nombre homónimo para dar servicios a usuarios finales que viven en zonas remotas para cerrar la brecha digital.
Pero a diferencia del proyecto de Perú, el plan estatal de telecomunicaciones siempre se planteó sin un modelo de alianzas, es decir, sin la ayuda de los operadores como Telcel, AT&T y Telefónica, y del conocimiento de la industria y de académicos e incluso sin contemplar la continuidad del plan de conectividad: México Conectado de la anterior administración. Quiso empezar de cero y solo.
Pero a casi cuatro años de distancia el plan de conectividad sigue sin comprenderse puesto que ha corrido bajo una alta discreción.
CFE Internet para Todos ha mantenido un hermetismo informativo que en ocasiones es roto cuando el presidente lanza pistas del plan. Por casi tres años no se tuvieron informes del proyecto e incluso se mantuvo por casi un año sin un director general tras el fallecimiento de su CEO, Raymundo Artís Espriú. El silencio se rompió en 2022 cuando el presidente reconoció que a su apuesta de conectividad le quedaba poco tiempo por el término del sexenio, por lo que debería darle celeridad. Entonces aceptó que las alianzas serían su principal recurso para lograr su objetivo e incluso apoyarse de un proyecto de la administración anterior.
CFE Telecomunicaciones e Internet para Todos –ahora con un nuevo director general, David Pantoja- decidió valerse de la red mayorista de Altán Redes, a quien ayudó a salir de su crisis financiera, para impulsar su objetivo de cerrar la brecha digital.
También ha informado que el plan de la compañía es llegar a las 12,601 torres para dar cobertura a 118 millones de personas al término del sexenio e incluso ha creado alianzas con empresas satelitales para cubrir a zonas más alejadas del país. Actualmente la empresa ya comercializa sus servicios móviles en zonas remotas pero también en zonas urbanas, algo que tiene negado como parte de su concesión.
Sin embargo, datos vía transparencia han revelado que CFE Telecomunicaciones e Internet para Todos apenas cuenta con 6,493 usuarios, los cuales pertenecen a la modalidad de prepago, sin precisar si sus suscriptores efectivamente viven en zonas remotas, en donde aún no existe otro operador de telecomunicaciones que pueda ofertar servicios de conectividad.
En México el 24.4% de la población del país aún sigue sin tener acceso a internet, según datos de la ENDUTIH.
Ambos proyectos de conectividad a pesar de tener la misma esencia: conectar a los desconectados, solo el de Perú se proyecta en el futuro. La gerente general de Internet para todos reveló que la empresa de conectividad no sólo seguirá buscando conectar a los peruanos, sino que también llevará su modelo a otros mercados latinoamericanos como Colombia, que ha empezado a tener conversaciones a través del regulador local.
Pero en México el futuro de CFE Telecomunicaciones aún es incierto. No se sabe con claridad a cuántas personas ha logrado impactar y si con la llegada de una nueva administración, que será el próximo año, la compañía seguirá figurando dentro de los planes del nuevo presidente y lo que sucederá con la infraestructura desplegada y con los convenios celebrados con empresas satelitales que ahora habilitan enlaces para generar redes abiertas en plazas públicas. Por ahora la única certeza es que los mexicanos de zonas de difícil acceso seguirán en suspenso digital.