OMA y GAP ganan con la tendencia
Para Jonathan Félix, analista de Verum Calificadora de Valores, el nearshoring puede traer tráfico adicional al sector aéreo por parte de trabajadores dentro y fuera del país, que tienen que viajar para supervisar actividades como inversiones y el establecimiento o reubicación de operaciones. “Tienen que ir viendo qué ajustes habrá que hacer, puesto que podrían necesitarse nuevas rutas o más frecuencias”, advierte.
Para el especialista, los aeropuertos con el mayor potencial son los cercanos a las ciudades donde se prevé que se inyecten algunas inversiones, como Monterrey –que, en Santa Catarina, recibirá la primera planta de Tesla en México– y otros más en manos de Grupo Aeroportuario Centro Norte (OMA), y otros de la región del Pacífico, como Guadalajara, operado por Grupo Aeroportuario del Pacífico (GAP).
OMA en particular ve un gran potencial desde el nearshoring, que no sólo buscará captar desde el negocio aeroportuario, sino también de otras unidades, como la de carga terrestre –cuyos ingresos aumentaron 13.6% en el primer trimestre del año respecto a 2022– y el de parques industriales, que actualmente tiene 11 naves industriales arrendadas y dos más en construcción ante la saturación que se presenta en la región.
“El nearshoring es algo real, que estamos viendo. Se está reflejando en nuestros números de carga y parques industriales”, explica Ricardo Dueñas, director general de Grupo Aeroportuario Centro Norte (OMA). “
“Al ser un grupo aeroportuario de tráfico de negocios tiene un impacto muy importante. Mucho de nuestro tráfico es gente que va a la maquila, y eso se ha visto reflejado en nuestros números. Vemos que algunos aeropuertos ya están 50% por arriba de lo que tenían antes de la pandemia, como Ciudad Juárez hay una alta actividad, Monterrey también está teniendo un crecimiento bien importante”, agrega.