La estatal Pemex continúa sumando puntos a su lista de pendientes. La compañía recibió la semana pasada una nueva venia del regulador para aplazar dos años más una norma que la obliga a producir y vender diésel ultra bajo azufre –una modalidad del combustible con menos componentes contaminantes–, pero con la que la petrolera no ha logrado cumplir a pesar de haber recibido más de una prórroga en el pasado.
Pemex y el pendiente del diésel ultra bajo azufre
La nueva determinación del regulador, la Comisión Reguladora de Energía, dice que la estatal tiene que cumplir con el requerimiento en diciembre de 2026, dos años más del plazo establecido en la última prórroga –otorgada en 2019– y que ponía como plazo máximo el año próximo. La decisión del regulador se ha tomado con base en una petición de Pemex y en una recomendación de la Secretaría de Energía, según el acta de resolución. Pemex ha argumentado que no cuenta con los recursos suficientes para completar los proyectos de infraestructura necesarios para la producción del diésel y que cumplir con esa norma pondría en riesgo el resto de su producción.
La decisión se ha tomado a pesar del reclamo de Estados Unidos. El gobierno del demócrata Joe Biden colocó la prórroga otorgada a Pemex como uno de los puntos por los cuales el país inició la resolución de controversias en el sector energético en julio del año pasado, y que pronto podría escalar, según una nota de Reuters. La administración estadounidense ha argumentado que la decisión perjudica a sus compañías, toda vez que, para cumplir con esta norma, Pemex tendría que mejorar sus instalaciones o comprar este combustible a los refinadores estadounidenses. Las refinerías de Estados Unidos ya se habían preparado para suministrar al mercado mexicano hasta antes de que se otorgara la prórroga de 2019. De ahí el descontento.
La administración obradorista heredó este pendiente. La norma que establece esta medida se emitió desde 2016 y Pemex peleó desde 2018 en los tribunales para detenerla, con el apoyo de la Secretaría de Energía. En el primer año del sexenio el regulador cedió para otorgar la prórroga como parte de una serie de peticiones hechas por la petrolera a la Comisión y que tenía como finalidad mejorar la posición de la compañía en el mercado.
De esta norma depende otra que afecta al sector transportista, que asegura que a partir de 2025 no se podrán utilizar unidades que no utilicen este tipo de combustibles.
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Ahora, Pemex ha repetido la petición y los argumentos, y el regulador no ha objetado en otorgar la medida. Y ahora la petrolera asegura que el cumplimiento de la nueva fecha “está sujeto a que se cuente con la suficiencia presupuestal para la conclusión de los proyectos fase diésel”. La compañía recortará el presupuesto en todas sus filiales para el año próximo y eso podría poner en riesgo que cumpla con la nueva meta.
En la resolución se lee que persisten problemas logísticos y operativos en el sistema nacional de refinación y que no hay capacidad de transporte, almacenamiento y en los puertos. Y que esta decisión se ha tomado con “la finalidad de proteger los intereses de los usuarios y garantizar el suministro de combustibles”. Como sea, la decisión se suma a la mala imagen de la compañía respecto a su poco cuidado al medio ambiente en un momento en que está intentando mejorar su perfil ante los inversionistas.
Pemex ha aumentado la producción de diésel ultra bajo azufre durante los últimos años, pero en cantidades aún mínimas respecto a la demanda del mercado. En lo que va del sexenio, la estatal ha casi duplicado la producción del combustible comparado con el último año de la anterior administración, pero continúa siendo insuficiente. La compañía produjo en el primer semestre del año un promedio de 96,000 barriles diarios, de acuerdo con sus reportes. Pero la demanda nacional sobrepasa los 750,000 barriles diarios.
Las fuentes al interior de Pemex dan una explicación similar a la que expone la petrolera: la compañía no cuenta con las plantas adecuadas y los proyectos para producir avanzan de manera lenta. La refinería Dos Bocas, que producirá este tipo de diésel, aún no opera de manera comercial y la fecha para que esto ocurra aún es difusa.