"Es fundamental que los aranceles sobre los automóviles (chinos) no sólo se mantengan, sino que se aumenten para frenar el previsible aumento de las importaciones (del país asiático)", escribieron en un documento del que no se ha informado hasta ahora y que fue visto por Reuters.
La USTR y la embajada de China en Washington no respondieron inmediatamente a solicitudes de comentarios.La carta señala que el USTR debería considerar el lanzamiento de una nueva investigación de la Sección 301 sobre los vehículos chinos "y el daño que representan para la industria automotriz estadounidense y los trabajadores estadounidenses".
También debería indagar "qué medidas deberían tomarse para contrarrestar la estrategia industrial (de China) para dominar el mercado automotriz mundial", añadiendo que Washington "debe estar preparado para hacer frente a la próxima oleada de vehículos (chinos)" que se exportarán desde socios comerciales, como México, añade el documento.
Según la misiva, los fabricantes de automóviles del país asiático "buscan establecer estratégicamente operaciones fuera de (China) para aprovechar el acceso preferencial al mercado estadounidense" a través de los acuerdos de libre comercio que tiene Estados Unidos.
Los productores estadounidenses de automóviles han expresado su preocupación sobre los fabricantes chinos. John Bozzella, presidente ejecutivo de la Alianza para la Innovación en la Automoción, declaró en junio que la normativa medioambiental propuesta por Washington podría permitir a China "afianzarse en la cadena de suministro de baterías para vehículos eléctricos de Estados Unidos y, en última instancia, en nuestro mercado automovilístico".
En septiembre, la Comisión Europea inició una investigación sobre la conveniencia de imponer aranceles punitivos para proteger a los productores de la Unión Europea frente a las importaciones chinas de vehículos eléctricos más baratos.
Los legisladores dijeron que Estados Unidos debería trabajar con sus aliados "para imponer una respuesta coordinada que amortigüe colectivamente la demanda en nuestros mercados". Los aranceles del 25% a los automóviles chinos fueron impuestos durante el Gobierno del entonces presidente Donald Trump y ampliados por la actual administración.
La carta señala que "muchos de los VE exportados desde China son fabricados por marcas occidentales, como Tesla que cuentan con una importante capacidad de producción" en China.
Los legisladores señalaron que algunos fabricantes de automóviles estadounidenses están exportando vehículos fabricados en China al país norteamericano, lo que, en su opinión, pone de manifiesto que el actual nivel arancelario sobre los vehículos importados es insuficiente.