España es el primer país productor de aceite de oliva en el mundo; Pérez explicó que una de cada dos botellas que se consumen en el planeta proviene de este país. En el caso de México, más de 94% de la cuota del mercado son aceites de oliva de origen español.
Aunque los mexicanos no consumen la misma cantidad de aceite de oliva que los españoles (11.4 litros por persona cada año, de acuerdo con datos de la Organización Interprofesional del Aceite de Oliva Español), su consumo de 100 mililitros por persona de manera anual lo hace el segundo mercado más grande de América Latina, solo superado por Brasil.
Además, en el último lustro, los mexicanos han aumentado su consumo de este comestible. De acuerdo con datos de la Secretaría de Economía, las personas pasaron de consumir 15,700 a 19,600 toneladas anuales (+ 25%) en entre 2018 y 2022.
La lucha contra el cambio climático
La crisis para esta industria es tal, que el año pasado se produjeron 665,000 toneladas, que es menos de la mitad de una campaña media, alrededor de 1 millón 400,000 toneladas, explicó Pérez.
Esto se debe a que España lleva sufriendo dos años de intensas sequías. De hecho, en septiembre de este año, el gobierno del país europeo publicó un informe en el que señaló que invertiría cerca de 12,000 millones de euros de aquí a 2027, con el fin de remediar la escasez de agua provocada por el calentamiento global.
“En España llevamos sufriendo dos años de intensas sequías y de muy altas temperaturas en la primavera en la época de la floración. Esto ha hecho que mucha flor, que al final se tiene que transformar en fruto, que es la aceituna de la que se obtiene el aceite de oliva, se quemó y no fructificó”, explicó Teresa Pérez.
Esta serie de eventos afecta a toda la cadena, desde los insumos hasta el costo de producción. Además genera un fenómeno de baja oferta y alta demanda que termina por afectar los precios a los consumidores.
“El año pasado partíamos de una demanda superior a los 3 millones de toneladas y a nivel mundial se produjeron menos de 2.5 millones de toneladas. Por lo tanto, había medio millón de toneladas de desfase entre lo que era la oferta y la demanda. Esto hace que la tensión de precios se dispare y los precios suban”, detalló la gerente de la Organización Interprofesional del Aceite de Oliva Español.
“Este año sí que ha habido efecto de los precios en la producción, porque todo, desde los fertilizantes, los sitios sanitarios, la mano de obra, la electricidad para el transporte de la aceituna y para luego el procesamiento en las almazaras, todo esto ha tenido un coste superior este año respecto al año pasado. Eso quiere decir que los costes de producción prácticamente se han multiplicado por dos”, agregó.
Es así, como el suelo del precio del producto en origen se ha elevado. De acuerdo con la Federación de Asociaciones de Consumidores y Usuarios de Andalucía (Facua), el precio del aceite de oliva subió un 42% desde el comienzo del año en España. Al final, cualquier afectación en el mercado de origen termina reflejándose en los países de consumo, como es el caso de México.