Esta situación no es nueva para la compañía. En 2016, poco después de que Trump fuera elegido presidente, Ford canceló un proyecto de 1,600 millones de dólares para construir una planta en San Luis Potosí. La decisión, que respondió en parte a un cambio en la estrategia de la empresa para no añadir capacidad instalada para vehículos compactos, ocurrió bajo la presión de una posible imposición de un arancel del 35%. Aunque la compañía argumentó razones comerciales, el episodio dejó en evidencia cómo el entorno político puede influir en sus decisiones.
México, un pilar estratégico
Desde entonces, México se ha consolidado como un eje central en la operación global de Ford. En México produce modelos clave para la compañía a nivel global, como el Mustang Mach-E, el Bronco Sport y la Maverick.
“Estas plantas no solo son clave para nuestra producción en América, sino que son fundamentales para nuestra estrategia global de fabricación”, dijo Pinto.
Además de producir vehículos que se exportan a más de 50 países, el país es responsable de casi el 30% de las compras globales de piezas de la compañía. Tan solo este año, cerca de 79 millones de componentes fabricados en México fueron enviados a distintos destinos alrededor del mundo.
México es el segundo país más importante para Ford en términos de cadena de suministro, solo después de Estados Unidos
Lucien Pinto, CEO de Ford en México
“México es el segundo país más importante para Ford en términos de cadena de suministro, solo después de Estados Unidos”, enfatizó Pinto.
Debido a la alta integración en la región, la imposición de aranceles sobre la cadena de suministro automotriz tendría un impacto directo en los precios finales de los vehículos, encareciéndolos considerablemente. Esto no solo afectaría a los consumidores, sino también a la rentabilidad de los distribuidores, quienes desempeñan un papel clave en el éxito de las marcas automotrices en los mercados locales y regionales.
Pinto subrayó que mantener los precios competitivos es esencial para asegurar la sostenibilidad de toda la cadena de valor. “Los distribuidores deben ser rentables para que puedan invertir en nuevas instalaciones y mantener operaciones eficientes. Sin esta rentabilidad, no podemos esperar que inviertan en nuestra marca”.
Una 'máquina' de patentes
El país no solo es una fuente clave de componentes y vehículos para la corporación, sino que también juega un papel estratégico en la supervisión y gestión de la calidad de los proveedores. Las direcciones globales de asistencia técnica de proveedores, que supervisan la calidad de los componentes eléctricos y del sistema de transmisión, ahora se gestionan desde México.
“Desde México, supervisamos la calidad de los proveedores de componentes eléctricos y powertrain para todas nuestras plantas en el mundo. Esto es parte fundamental de nuestra estrategia para estandarizar y mejorar la calidad de nuestros productos globalmente”, dijo Pinto.
Además, el talento mexicano ha jugado un papel crucial. El Centro de Ingeniería de Ford en México, el segundo más grande de la compañía a nivel mundial, no solo lidera proyectos estratégicos, sino que también es reconocido por su capacidad innovadora. Con más de 3,100 ingenieros, ha generado más de 350 patentes aprobadas en Estados Unidos y ha sido clave en el desarrollo de modelos icónicos.
"El Centro de Ingeniería de México es el número uno en patentes per cápita a nivel mundial. Este es un ejemplo claro de la capacidad innovadora del talento mexicano”, afirmó Pinto.
A pesar de los logros, Ford enfrenta un escenario incierto. El impacto de nuevas tensiones comerciales podría ser devastador, no solo para la empresa, sino para la economía regional. El nivel de interdependencia entre México y Estados Unidos en la industria automotriz es profundo, con cadenas de suministro altamente integradas.
En este contexto, Ford sigue apostando por México. Desde su llegada en 1925, la automotriz no solo ha invertido en infraestructura, sino también en el desarrollo del talento. “Hemos evolucionado la movilidad en el país, convirtiéndonos en precursores de la industria automotriz nacional, gracias al talento mexicano”, dijo Pinto.
Para Ford, el desafío no es solo económico, sino también estratégico. Mientras navega las aguas de la política comercial, busca mantener preservar la relación que ha sido clave para su éxito global.