Alsea tenía una misión clara desde que adquirió los restaurantes Vips en 2014: darle un empuje a una marca que ya era conocida entre los mexicanos. Tras casi diez años de ajustes estratégicos, los resultados comienzan a materializarse, impulsados por remodelaciones, mejoras en el servicio al cliente y un menú actualizado que busca satisfacer tanto a nuevos públicos como a clientes tradicionales.
La historia de Vips se remonta a 1963, cuando abrió su primera sucursal en Toreo, emulando los diners estadounidenses. Desde entonces, ha crecido hasta alcanzar 404 restaurantes, de los cuales 237 se encuentran en México.
El impacto de la pandemia fue un momento decisivo para Vips. Durante los meses más críticos, la caída en el consumo y las restricciones de movilidad afectaron severamente a los restaurantes familiares, incluido este emblema nacional. Sin embargo, Alsea decidió aprovechar la coyuntura para acelerar los cambios que ya estaban en marcha.
Jaime Vásquez, director general de Vips desde hace dos años, explicó que el reto principal ha sido mantener la relevancia de la marca en un mercado competitivo y en constante cambio. “Lo más valioso de Vips es la conexión. Rescatamos esas raíces para construir algo nuevo y relevante”, afirmó en entrevista con Expansión.