Guillermo Rosales, presidente de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), destaca que esto está trayendo consigo esfuerzos importantes en materia de eficiencia, tratando de eliminar gastos que no son elementales.
“En Estados Unidos cifras preliminares apuntan a una disminución en la rentabilidad de los distribuidores superior al 20%. Estimaciones que hemos realizado en México, que no es un ejercicio estadístico, sino una consulta a nuestros asociados para que puedan darnos un panorama de lo que está ocurriendo, señalan una disminución en la rentabilidad del distribuidor superior al 50% en 2024 contra 2023, es decir, estamos vendiendo muchas más unidades, pero con menores resultados en términos de rentabilidad”, comenta.
La situación parece aún más retadora para este año, puesto que ya no existen las listas de espera por un auto nuevo que se vieron fuertemente en 2022 y 2023, y para algunos modelos en 2024. La perspectiva es que para este año se comercialicen entre 1.4 y 1.5 millones de unidades, lo que significaría desde una caída anual de 1.5% hasta un ligero incremento de 2.1%, de acuerdo con las previsiones de la AMDA.
La estabilización de la oferta de vehículos ha traído consigo la normalización en la demanda del mercado, exigiendo a las empresas del sector estrategias más creativas para seguir atrayendo a sus clientes, por lo que seguramente se estarán dando anuncios similares a algunos que tuvieron lugar el año pasado.
Por ejemplo, en febrero, luego de que BYD anunciara el lanzamiento del BYD Dolphin Mini con un precio desde los 358,800 pesos, lo que lo posicionaría como el auto eléctrico más asequible en el mercado local, JAC ajustó el precio de su E10X de los 439,000 a los 357,000 pesos para mantenerse como la opción más económica para los autos con este tipo de tecnologías.
Mazda fue otra armadora que, en marzo del año pasado, anunció la reducción de precios de su gama de SUV y de la variante hatchback del Mazda3, gracias a mejoras, en su propia cadena de proveeduría y con ello, en sus niveles de producción.
Esto ha estado permitido por la normalización en las cadenas de suministro de las automotrices que, en el caso de México, enmarcaron un 2024 con récords en la producción de vehículos al alcanzar la fabricación de 3.9 millones unidades, de acuerdo con el Inegi.
“Este año se avizora que habrá de mantenerse una intensa competencia entre las marcas participantes en el mercado mexicano en un momento en el que estamos esperando, de acuerdo con los escenarios compartidos por ustedes, una desaceleración de las ventas, por la importante cobertura que se ha logrado de 2022 a 2024. Ya no tenemos demanda rezagada que se originó en la pandemia, esto ha quedado satisfecho”, concluye Rosales.