Financiar una revolución siempre es un negocio arriesgado, y uno de los bancos más grandes del mundo ahora está expuesto a una derrota pública en el apasionado mundo del fútbol.
JP Morgan acordó respaldar la liga europea con 4,000 millones de euros (unos 4,800 millones de dólares). El plan consistía en crear un nuevo torneo que garantizara partidos e ingresos a los clubes participantes durante los próximos años, y ayudara a situar al banco estadounidense en el centro del deporte más popular del planeta.
La envergadura del financiamiento propuesto significaba que el banco recibiría millones de dólares en comisiones. Sin embargo, el proyecto parece estar condenado a la desaparición, después de que la mayoría de los equipos se retiraron ante las críticas masivas de los aficionados, los jugadores, los clubes que no estaban invitados e incluso políticos como Boris Johnson y Emmanuel Macron. JPMorgan ahora tiene que evaluar las consecuencias de una propuesta que parece haber subestimado las posibles reacciones adversas, especialmente en Gran Bretaña, de un deporte de gran tradición y arraigo local.