Pero en un año electoral, los comicios también juegan a favor o en contra del apetito de los inversionistas. En un estudio de la unidad mexicana de Franklin Templeton, el equipo de inversión anticipa que un menor peso del partido que encabeza el gobierno en el Congreso “podría ser marginalmente positivo para el riesgo país y para el peso”.
“Aunque no se pueden descartar factores de riesgo externo como un endurecimiento de la pandemia, la mayoría de los factores que pueden impactar al peso en el corto y mediano plazo son positivos, por lo que dolarizarse tiene que ser parte de una estrategia paulatina de una sana diversificación internacional”, consideró Gutiérrez.
La coincidencia de gestores de portafolios de inversión es que el ciclo eventualmente irá al alza. Mientras dure, lo mejor es aprovechar el “efecto multiplicador” y buscar activos dolarizados, señaló Luis Garinian, fundador de Pesos y Sesos Academia de Finanzas.
Esa opción no está en la ventanilla de una casa cambiaria ni en instrumentos que repliquen de forma lineal el movimiento de la divisa estadounidense. Si se compran sólo dólares en una casa de cambio o una ventanilla bancaria, en promedio, el margen diferencial entre el dólar que se vende y el que se compra ronda entre 3% y 5%, mientras que el costo por transacción en una plataforma de inversión electrónica para inversionistas minoristas cuesta entre 0.10% y 0.25%, de acuerdo con cifras de GBMHomebroker.
Cuando el dólar está barato, los inversionistas pueden acceder a los activos dolarizados desde México por medio del mercado global, conocido como el Sistema Internacional de Cotizaciones (SIC) de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), en el cual hay más de 2,000 instrumentos distintos que tienen exposición al dólar.
Pero los instrumentos con mayor exposición al dólar de manera diversificada son los fondos que replican índices (conocidos en la industria como ETF, por sus siglas en inglés), tales como SHY, SHV y VCSH, de los gigantes gestores de activos BlackRock y Vanguard, y que tienen mayor liquidez (que son fáciles de comprar y vender).
Los fondos mencionados tienen en su panza bonos del Tesoro de Estados Unidos de corto plazo, con maduración de tres a cinco años, lo que permite tener exposición al tipo de cambio, pues sus activos netos equivalen a miles de millones de dólares. Además, otra de la conveniencia de estos activos es que se pueden liquidar de inmediato para disponer de los recursos.