La tecnología ha revolucionado todo y el mercado financiero, en específico el de renta fija (bonos), no es la excepción. Hace 20 años nacieron los ETFs de renta fija, cuyo valor de negociación ronda los 1.7 billones de dólares y que BlackRock, el gestor de activos más grande del mundo, estima que se triplicará para 2030 hasta llegar a los 5 billones de dólares, que representa algo así como un cuarto del PIB de Estados Unidos.
El mercado de deuda típicamente se opera a través del teléfono: el inversionista habla, pide precios y hace una postura. “Te puedes imaginar cómo eso es mucho más ineficiente que mandar electrónicamente algo. Los inversionistas de renta fija hemos encontrado (en los ETFs) un mecanismo que es más eficiente. Estamos accesando a los mismos perfiles de riesgo y de retorno a través de esta envoltura que te permite operar en una Bolsa de Valores. Estamos digitalizando el mercado de deuda”, dice Benjamin Souza, director en BlackRock y estratega de renta fija para América Latina.