Para el Dow Jones y Nasdaq, se registraron pérdidas en lo que va del año de 15.9% y 29.5%, respectivamente.
“Las acciones cerraron la peor primera mitad de un año calendario desde 1970. Los rendimientos de los bonos, que agregan cierta protección relativa a las carteras, fueron más bajos, ya que los inversores esperan una mayor moderación del crecimiento económico”, dijeron analistas de Edward Jones.
Los especialistas añadieron que ven que los niveles de desempleo aumentan antes de una recesión inminente; sin embargo, dijeron que esa tendencia no se ha materializado en este ciclo, lo que genera cierta confianza en que la economía puede manejar tasas de interés más altas sin caer en una recesión, aunque ese equilibrio es delicado.
Los tres promedios principales registran su segunda caída trimestral consecutiva, una hazaña que no se veía desde 2015 para el S&P y el Dow, y 2016 para el Nasdaq.
“Ha habido (durante el primer semestre) los repuntes del COVID y el conflicto de Rusia y Ucrania, que a su vez creó escasez de alimentos, aumento de los precios de la inflación en varios sectores (vivienda, energía, alimentos, autos usados), que al final ha empujado a la Fed a actuar agresivamente al subir las tasas varias veces, con más aumentos sobre la mesa, todos avivando los temores de recesión. Durante los primeros 6 meses del año, la energía fue el único sector que subió”, señalaron analistas de Investrade.