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¿El final de la paradoja bursátil?

El plan para atraer a las empresas que no quieren salir a bolsa porque no hay inversionistas, y a inversionistas que desdeñan el mercado por la falta de empresas.
mié 24 agosto 2022 05:01 AM
(Un hombre camina frente a la Bolsa Mexicana de Valores en la CDMX)
La última en anunciar su intención de deslistarse fue Monex, que se suma a Grupo Sanborns, Bachoco, Aeroméxico y Grupo Lala, por mencionar algunas.

Las bolsas en México les crecen los enanos. En julio de 2018, la Bolsa Institucional de Valores (BIVA) terminó con el dominio de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) sobre el mercado bursátil. Su irrupción prometía costos menores y procesos ágiles, lo que, en teoría, redundaría en más empresas en el mercado de capitales. Directivos de BIVA proyectaban el arribo de unas 50 compañías, pero no solo no han llegado nuevas emisoras, se están saliendo.

La última en anunciar su intención de deslistarse fue Monex, que se suma a Grupo Sanborns, Bachoco, Aeroméxico y Grupo Lala, por mencionar algunas. Cada una con sus razones, pero la mayoría coincide en que se debe a una baja valuación por parte de los inversionistas. El problema es más amplio: tener pocas empresas en bolsa desincentiva a los inversionistas por entrar al mercado local, y la escasez de inversionistas resta el interés de las empresas para salir a bolsa. El bajo nivel de participantes en el lado de la oferta y de la demanda limita la eficiencia en la formación de precios, explica María Ariza, directora general de BIVA. “Esto ha impactado la valuación de las empresas enlistadas, por lo que encuentran ventajas relativas de salir del mercado”.

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No se trata solo de la valuación de las empresas, sino del mercado en general. En junio, durante el Foro 11 de emisoras del Grupo BMV, su director general, José-Oriol Bosch, sostuvo que a pesar de que el principal índice del mercado, el S&P/BMV IPC, anotó un máximo histórico de 56,609.54 puntos en abril, su valuación estaba por debajo de lo registrado en 2013 –en dólares, considerando la depreciación que ha sufrido la moneda–. “Eso, definitivamente, ha sido un freno para que tengamos nuevas colocaciones”, señaló.

Uno de los problemas es la base de inversionistas. En dos años, el volumen de cuentas en casas de bolsa se multiplicó 10.3 veces a 3.1 millones; pero el valor aún es pequeño pues 99% de las cuentas son de menos de 15 millones de pesos. “Tres millones no es nada, si lo vemos con mercados desarrollados, como en Estados Unidos, donde más de 60% de la población adulta invierte directamente en bolsa; en México, solo es 3%-4% de la población, no es nada”, señaló Oriol.

Hay mucho por hacer, y deben hacerlo todos los participantes del mercado. Ariza señala que se deben reducir los costos para las empresas interesadas en listarse, ampliar las opciones de participación de inversionistas institucionales, incluir a nuevos tipos de inversionistas, incorporar un beneficio fiscal y mejorar las áreas de oportunidad que hay en materia regulatoria para hacer más accesible el mercado a pequeñas y medianas empresas. Jesús de la Fuente Rodríguez, presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), coincide:

“Necesitamos ser más flexibles en algunos aspectos del marco regulatorio, más flexibles, y no nos tardemos tanto en dar autorizaciones para la colocación de valores”. Para agosto, las autoridades alistan un “paquete de cambios” legislativos que contribuirían a destrabar pendientes, según Alfredo Navarrete, titular de la Unidad de Banca, Valores y Ahorro de la Secretaría de Hacienda. La meta es que esta agenda se discuta en el Congreso a partir de septiembre.

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Crecer la oferta

En 2021, más de una decena de start-ups en Latinoamérica alcanzaron la valuación de 1,000 millones de dólares. Este boom de unicornios que ha experimentado la región –incluyendo México– es una opción seria para incrementar la oferta de emisoras en las plazas bursátiles, aunque eso trae el reto de aumentar el atractivo de entrar al mercado. En diciembre, por ejemplo, el unicornio brasileño NuBank realizó su emisión de acciones en la Bolsa de Nueva York, dejando claro que el interés no estaba en la Bolsa de Brasil.

La competencia más fuerte no es entre bolsas, dice Oriol-Bosch, es con los mercados desarrollados, en particular, Estados Unidos. Tan solo el año pasado, las empresas mexicanas colocaron tres veces más deuda en el exterior que en el país.

Para captar a estos unicornios, la BMV ya comparte experiencias con plazas como la de Tel Aviv, en Israel. “Uno de los caminos que se exploran es el listado doble, donde una empresa mexicana pueda listarse en dos mercados ofreciendo sus acciones de manera simultánea en la misma oferta pública inicial”, dice José Manuel Olivo, director de Promoción y Emisoras de Grupo BMV.

Por lo pronto, la fintech Covalto, antes Credijusto, ya se fusionó con un SPAC (sociedad de propósito específico para la adquisición de empresas) para cotizar en el Nasdaq en el primer trimestre de 2023, con lo que se conviertirá en la primera firma mexicana de este sector en listarse en ese mercado.

Pero no todo se trata de grandes empresas. De hecho una de las mayores vetas se encuentra en las pequeñas y medianas empresas, por eso “el objetivo de BIVA es lograr atraer a empresas pequeñas y medianas para democratizar al mercado, ampliando el número de emisores y mejorando las opciones para los inversionistas”, asegura Ariza; solo que para avanzar en la misión se requiere intensificar el trabajo para dar a conocer los beneficios de entrar en el mercado, afirma De la Fuente.

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