Para rematar, en noviembre estalló el escándalo de FTX, una firma de intercambio de criptomonedas que se declaró en quiebra luego de una salida masiva de capitales que la empresa no pudo afrontar y que se originó por presuntos malos manejos de su fundador Sam Bankman-Fried, que ahora enfrenta cargos de fraude.
Pese a que en 2022 se gestó la tormenta perfecta, que llevó a varias firmas de intercambio de criptoactivos a cerrar, los analistas opinan que lo peor ya pasó. De acuerdo con Ramsé Gutiérrez, co-director de Inversiones de Franklin Templeton México, el fracaso de las bolsas de criptomonedas es un fenómeno que ha sido regular con más de 90 firmas que quebraron tanto en 2020 como en 2022.
Sin embargo, la quiebra de FTX ha afectado aún más la confianza de los inversionistas en esta industria, pues era una de las firmas más grandes e importantes. “La confianza en las criptomonedas está más dañada que nunca, lo que hace que cualquier tipo de recuperación a corto o mediano plazo sea muy poco probable”, señala Carsten Menke, director de investigación de Next Generation de Julius Baer.
Pero no todo está perdido, la tecnología detrás de las criptomonedas sustenta su supervivencia, aseguran los especialistas. “Aunque para esto, probablemente se necesitará tanto una consolidación de la industria, como una mayor legislación que permitiría la recuperación de la confianza en estos activos digitales”, dice Gutiérrez.
De acuerdo con Simon Peters, analista de eToro, una plataforma de trading en línea, es momento de voltear a ver qué están haciendo los inversionistas institucionales para determinar si es bueno comprar o no. Por lo pronto, la firma Pantera, dirigida por Dan Morehead, ex ejecutivo de Goldman Sachs, ha anunciado varias compras de bitcoin a medida que su precio ha caído “dando una señal a los mercados de que ve un punto de entrada de calidad en el precio en este momento”, señala Peters.
Sin embargo, no todos están de acuerdo. Lionel Laurent, columnista de Bloomberg, escribió que las criptomonedas seguirán sin ser deseables en 2023 dada su reciente caída y el entorno económico con altos niveles de incertidumbre y volatilidad.
El corto plazo parece no favorecer a las criptomonedas, pero sí el largo, y es que para Gutierrez “el desempeño de un año no debería ser categóricamente determinante para las inversiones. Si se juzga un período mayor de tiempo, se puede fácilmente una historia completamente distinta”. Por ejemplo, en los últimos tres años, el precio del bitcoin ha subido alrededor de 105% y el de Ethereum 750%.