El inicio de la guerra en Ucrania en febrero de 2022 llegó en un momento en el que las economías del mundo estimaban una recuperación económica, tras el azote del covid. Pero el optimismo duro poco, el conflicto entre Rusia y Ucrania puso en jaque a las materias primas. Ambas naciones son de las más importantes en términos de exportaciones de materias primas a nivel mundial.
Esta guerra limitó el comercio de petróleo, semillas y otros commodities, lo que generó cuellos de botella y una oferta limitada que a su vez incrementó los precios de manera acelerada.
Para hacer frente al alza de los precios, que además venía impulsada por una mayor demanda, los bancos centrales entraron en acción e hicieron uso de su herramienta más eficiente para controlar el incremento de los precios: la tasa de interés. Banxico comenzó a subir su tasa desde agosto de 2021. Desde entonces, el interés pasó de 4% a 10.5%. En Estados Unidos, la Reserva Federal (Fed, por sus siglas en inglés) inició su ajuste en marzo de 2022. Actualmente su tasa se encuentra en un rango de 4.25 a 4.5% desde 0.25%.
El alza de interés implicó un incremento en el rendimiento de los instrumentos de deuda del país, atrayendo a los inversionistas nacionales y extranjeros para demandar más pesos que dólares, lo que beneficia a la moneda mexicana.