Super peso mexicano
Mientras la mayoría de las divisas internacionales han perdido terreno los últimos meses frente al dólar estadounidense, la moneda mexicana se ha visto beneficiada por la combinación de varios factores que mantienen la confianza de los inversionistas en la divisa nacional, entre los que destacan:
- Amplio diferencial de tasas de interés entre México y Estados Unidos.
- Una postura fiscal estricta del gobierno mexicano.
- Finanzas externas sanas.
- Datos macroeconómicos y corporativos mixtos en Estados Unidos.
- Alta operatividad del peso.
- Aumento de los ingresos por remesas.
- Mayor inversión extranjera directa.
- Incremento en los precios del petróleo.
- Una baja participación extranjera en los mercados nacionales de bonos.
- Estabilidad en la balanza comercial.
- Recuperación del turismo internacional.
- Calificaciones estables sobre el riesgo de invertir en México.
No obstante, los analistas coinciden y dan mayor relevancia a los siguientes factores: el amplio diferencial de tasas de interés con Estados Unidos, la estricta postura fiscal del gobierno, las finanzas externas sanas del país, alta operatividad del peso, y datos macroeconómicos y corporativos mixtos en Estados Unidos.
Sobre el diferencial de tasas, "el dólar se ha fortalecido frente a las principales divisas del mundo, tradicionalmente cuando eso sucedía, las monedas emergentes se debilitaban, y esta vez ha sido contraintuitivo, pero hay una lógica detrás de eso: los bancos centrales de los países emergentes iniciaron antes su alza de tasas y de manera más acelerada", de acuerdo con Valentín Martínez, subdirector de Estrategias de Portafolio de Inversiones de SURA México.
Esta medida amplió el diferencial de tasas con Estados Unidos hasta 600 puntos base, "lo que ha conferido estabilidad y resistencia al peso mexicano", de acuerdo con un análisis de Gabriela Soni, directora de estrategia de inversión en México, y Alejo Czerwonko, director de inversiones para mercados emergentes de América de UBS.
Los últimos datos han mostrado una desaceleración de la inflación de Estados Unidos, lo que puede llevar a la Reserva Federal a disminuir el ritmo de alzas de tasas o incluso frenarlo completamente, lo que ampliaría todavía más la diferencia de las tasas entre ambos países y podría darle un mayor impulso a la moneda mexicana.