Zhen Wei, director general de MSCI Research, dice que hay dos puntos de inflexión para entender el crecimiento del mercado financiero chino. Primero, su apertura al mundo a principios de la década de los 2000; y por otro lado, la llegada de las empresas chinas más grandes a los principales índices globales en 2018, principalmente a Estados Unidos y Europa, lo que dio la pauta para la inclusión y crecimiento de la participación extranjera.
“La creciente fortaleza económica y financiera de China posterior al milenio hizo que los inversores, economistas y estrategas globales consideren cada vez más difícil ignorar a China”, comenta Wei.
Datos de Emerging Portfolio Fund Research (EPFR) muestran que los flujos de las entradas a los fondos de renta variable chinos crecieron 50% interanual, con más de 75,000 millones de dólares absorbidos en 2024. Por otro lado, los fondos de renta variable con seguimiento de EPFR han canalizado más de 350,000 mdd hacia acciones chinas desde 2020, monto mayor al de la región de América Latina y Europa, Oriente Medio y África (EMEA).
“Las nuevas medidas de estímulo monetario y fiscal anunciadas por China en septiembre de 2024, dirigidas a fomentar el crecimiento económico interno, también influyen en la reevaluación por parte de los inversores de su nivel de participación en los mercados de capital en el país”, explica Wei.
Xingchen Yu, estratega de Mercados Emergentes en UBS GWM, dice que desde el año pasado los inversores ponen mayor atención a las acciones chinas después del lanzamiento de la plataforma de inteligencia artificial (IA) de DeepSeek, el cual se desarrolló con una menor inversión que ChatGPT. El estratega reconoce que este y otros lanzamientos en sectores como las telecomunicaciones y el automotriz ponen al mercado chino como un punto de entrada para los inversionistas a este tipo de empresas que innovan y desarrollan tecnología a un ritmo acelerado y que pueden ser buenos generadores de rendimientos en el largo plazo.
Las empresas más importantes de China registran alzas en el último año. La empresa tecnológica de productos electrónicos, Xiaomi, generó un rendimiento de 19.8%; Alibaba, que se enfoca en el comercio electrónico, creció 76.8%; la tecnológica Tencent Holdings, tuvo un incremento de 43.3%; el fabricante de semiconductores, TSMC, aumentó 43.9%.
Kinger Lau, estratega en jefe de renta variable china de Goldman Sachs Research, señala que en comparación con otras bolsas (como la de EU o Europa), las acciones de empresas chinas tienen precios relativamente bajos; es decir cotizan con descuento, debido a que los inversionistas todavía tienen dudas sobre el futuro económico de China “Sin embargo, las recientes señales de apoyo político deberían ayudar a mitigar el riesgo de los escenarios más adversos, como un aterrizaje brusco de la economía o un desliz político internacional, y, por lo tanto, impulsar las acciones chinas”.
Difícil de ignorar
El crecimiento de la economía china en la última década y el surgimiento de empresas que hacen contrapeso a las grandes tecnológicas estadounidenses no es algo que los inversionistas puedan ignorar si quieren darle una mayor versatilidad a su portafolio de inversión; sin embargo, al igual que en otros instrumentos, se deben analizar pros y contras.