Pero Jorge Carlos Negrete Vázquez, presidente de la Fundación por el Rescate y Recuperación del Paisaje Urbano (FRRPU), señala que el tiempo y el costo son los dos principales retos que enfrenta el gobierno capitalino para retirar los 900 espectaculares. “No se ha quitado ni el 10% de los anuncios. No lo va a hacer, no hay forma, no tiene los recursos materiales ni humanos para hacerlo”, señala.
Para el presidente de la FRRPU, la intención de retirar estas estructuras es inviable por el tiempo que se requiere. La iniciativa entraría en comisiones de este periodo, de aprobarse y publicarse en el Diario Oficial de la Federación, se tendría el resto del 2022 para hacer un reglamento que acompañe a la legislación, después las empresas tendrían 45 días hábiles para entrar en un padrón, a fin de obtener una licencia.
“Quedaría como año y medio (a la actual administración de la CDMX) para aplicar la ley. Un problema de limpieza que no se pudo lograr en tres años”, dice Negrete, quien advierte que eliminar espectaculares en azoteas para abrir nuevos espacios publicitarios a pie de calle "generaría mayor contaminación visual, saturación, confusión y problemas entre competidores".
Expansión E: Además del retiro de los espectaculares, ¿qué lagunas tiene la iniciativa de Ley Publicidad Exterior?
Jorge Carlos Negrete Vázquez (JCNV): De entrada, la ley vigente no está mal hecha, sí se puede mejorar, pero el problema aquí es que no se aplica la ley. No vamos lejos, en la esquina de Reforma y Avenida Juárez hay un anuncio envolvente, y todo anuncio que tape las ventanas está prohibido por una cuestión de protección civil. Sin embargo, la realidad es que hay una explotación de anuncios envolventes en esta administración, así como de publicidad en muros.
Entonces, a sabiendas que la iniciativa de ley busca ampliar los formatos publicitarios a pie de calle, la pregunta es cómo las empresas de publicidad y las marcas van a cumplir con la nueva legislación si no respetan la que está vigente, y si la iniciativa tiene varias lagunas regulatorias, pues no es clara en cuanto al uso de formatos que, se supone, están prohibidos actualmente, como son las casetas telefónicas, los buzones, todo ese tipo de mobiliario urbano. Tampoco queda clara la temporalidad de la publicidad que se vaya a poner en andamios y fachadas.
E: ¿A quién está perjudicando esta nueva iniciativa?
JCNV: A los que tienen espectaculares porque los quieren quitar, a los de abajo porque van a tener más competencia y a los ciudadanos porque van a tener más contaminación visual. Aunque, nada va a garantizar que se van a quitar todos los formatos arriba y se van a pasar abajo, (el gobierno) está tratando de negociar con las empresas de publicidad, pero éstas no son generosas con sus espacios, es un negocio.
Hay entre 47 y 50 empresas de publicidad que tienen anuncios espectaculares en la Ciudad de México, de esas, tres (JCDecaux, Rentable y Showcase) tienen más de la mitad.
Sobre los nuevos formatos, a mí el que más ruido me hace es el de la colocación de andamios en un edificio en remodelación, donde el 50% del espacio puede llevar un anuncio, pero por otro lado está prohibida la publicidad envolvente, entonces no hay congruencia.
Con esta iniciativa, se abren puertas que no deberían abrirse porque en lugar de recuperar los espacios públicos ayudan a que haya más saturación. Pese a esto, no todas las empresas de publicidad están contentas, ya que no hay claridad en cuanto al uso y disposición de los nuevos formatos, en un contexto en que la publicidad exterior en su conjunto es un negocio que vale alrededor 9,000 millones de pesos, de los cuales casi la mitad se quedan en la Ciudad de México.
E: ¿Cuáles son los puntos que encuentras factibles en esta iniciativa de ley?
JCNV: Todo el capítulo de sanciones y delitos. Que las multas queden en UMA (Unidad de Medida y Actualización), con multas por incumplimiento que van de los 300,000 a 1.5 millones de pesos. También el intento de especificar qué le corresponde a las alcaldías y qué al gobierno central, eso me parece que hay qué trabajarlo, pero es rescatable. Y, finalmente, la idea de que ya no haya más anuncios espectaculares, a excepción de los que ya existen y que no presentan un riesgo de colapso.
E: ¿En qué instancia se puede quejar una persona que habita un edificio, cuya azotea alberga un espectacular?
JCNV: A través de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda de la Ciudad de México (Seduvi) o de la alcaldía que corresponda. Se presenta una queja y evidentemente en esa azotea se habrá colocado un anuncio como consecuencia de un contrato que celebró una empresa de publicidad con el dueño o administrador del edificio.
Si resulta que la persona no tiene la autorización se tendría que clausurar el anuncio. He visto contratos de 70,000 u 80,000 pesos anuales por el uso de una azotea, pero la empresa de publicidad cobra de 100,000 a 200,000 pesos mensuales, mientras que el administrador del edificio recibe una cantidad mucho menor. Sin duda es un gran negocio para las empresas de publicidad.