Las manifestaciones prodemocracia sacan a flote las divisiones de Hong Kong
Un grupo de manifestantes tomó por unas horas la sede del Parlamento de esta comunidad semiautónoma; fueron dispersados por la policía antidisturbios con gases lacrimógenos.
James Griffiths, Julia Hollingsworth y Ben Westcott
HONG KONG (CNN)- Un grupo de manifestantes irrumpió en la sede del gobierno de Hong Kong, rompiendo puertas de vidrio y abriendo persianas de metal para entrar al edificio, y luego pintando eslóganes en las paredes de la cámara del Consejo Legislativo.
La ciudad semiautónoma marcó el 22 aniversario de su regreso al dominio chino el lunes, una ocasión que se celebra anualmente con protestas que reclaman mayores libertades.
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Desde la madrugada de este lunes hubo enfrentamientos entre manifestantes enojados y policías antidisturbios, con tensiones elevadas luego de semanas de protestas por un controvertido proyecto de ley de extradición de China. En el edificio del Consejo Legislativo de la ciudad, los jóvenes manifestantes arrancaron postes de metal de las cercas y rompieron las puertas de vidrio con armas y carritos improvisados. El gobierno de Hong Kong ha exigido que los manifestantes "paren de inmediato".
En una declaración, los condenó por asaltar el edificio del gobierno, diciendo que estaban afectando la seguridad de todos. Un joven estudiante universitario, que no quería ser identificado, dijo que los manifestantes sentían que no tenían otra opción, mientras que el gobierno se negaba a escuchar sus demandas. "El gobierno no hizo nada cuando dos millones de personas les pidieron que lo hicieran. Por eso estamos tomando más medidas", dijo.
Dos horas después de la ocupación del Parlamento, las protestas fueron dispersadas por cientos de policías antidisturbios, utilizando gas lacrimógeno y escudos.
Los manifestantes hicieron una última parada en Harcourt Road, fuera del edificio del Consejo Legislativo. Se ha visto a la policía fuera de la entrada del edificio del gobierno, lo que indica que ya no puede estar bajo el control del manifestante.
"Mucho por mejorar"
En la mañana, la líder de la ciudad, Carrie Lam, reconoció que "el gobierno tiene mucho que mejorar".
"Buscaré acercarme a los jóvenes de diferentes estratos, a través de varios canales, para escuchar sus opiniones", prometió Lam mientras daba un discurso en el centro de exposiciones de la ciudad, que estaba protegido por enormes barricadas y gran presencia policiaca.
Afuera, cientos de jóvenes chocaban con la Policía en la última de una serie de protestas contra el intento de aprobar una ley que permitiría la extradición a China, misma que Lam suspendió.
Los manifestantes se enfrentan a la policía después lanzar gas lacrimógeno durante un mitin contra una controvertida propuesta de ley de extradición fuera de la sede del gobierno en Hong Kong, el 12 de junio de 2019. Violentos enfrentamientos estallaron en Hong Kong ese día, cuando la policía trató de detener a los manifestantes, mientras que decenas de miles de personas bloquearon arterias clave en una demostración de fuerza contra los planes del gobierno para permitir la extradición a China.
Foto: Anthony WALLACE / AFP
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Los oficiales de policía están rodeados de gases lacrimógenos durante la manifestación.
Foto: ISAAC LAWRENCE / AFP
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Un oficial de policía dispara gas lacrimógeno.
Foto: REUTERS / Athit Perawongmetha
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Los manifestantes reclaman el fin de la violencia policial un día después de la primera manifestación, fuera del edificio del Consejo Legislativo en Hong Kong, el 13 de junio de 2019.
Foto: REUTERS / Jorge Silva
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Las personas asisten a una nueva protesta el 13 de junio de 2019.
Foto: REUTERS / Jorge Silva
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Los manifestantes exigen que se frene el proyecto de ley de extradición a China.
Foto: REUTERS / Jorge Silva
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Los manifestantes ocupan caminos en el distrito del Almirantazgo, la noche después de la protesta multitudinaria, una de las más grandes de la historia reciente de Hong Kong.
Foto: Anthony WALLACE / AFP
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Manifestantes limpian una calle que ocuparon en Hong Kong el 12 de junio de 2019.
Foto: HECTOR RETAMAL / AFP
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Los mercados asiáticos cayeron nuevamente el 13 de junio y Hong Kong sufrió un segundo día consecutivo de grandes pérdidas, ya que los inversionistas se preocupan por el impacto de las protestas en el país.
Foto: Anthony WALLACE / AFP
U.S. President-elect Trump attends a Turning Point USA event in Phoenix, Arizona
Se calcula que este año morirán entre 50,000 y 60,000 estadounidenses por sobredosis de opiáceos sintéticos, la mayoría por consumo de fentanilo o drogas estrechamente relacionadas.
FOTO: Cheney Orr/REUTERS
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Los críticos temen que la ley se use para capturar a los detractores del gobierno y enviarlos al otro lado de la frontera para enjuiciarlos en un sistema con una tasa de condenas del 99% y un historial de persecuciones políticas.
Miles de personas volvieron a salir a la calle el lunes para la marcha anual prodemocracia. Los manifestantes pedirán que se retire formalmente el proyecto de ley, no que se suspenda; que Lam renuncie, y que se lleve a cabo una investigación independiente sobre la violencia de la Policía contra los manifestantes en las protestas del 12 de junio .
Sin embargo, la voluntad de las personas ordinarias para marchar por una causa que ya ganaron tiene límites. Lam suspendió el proyecto de ley, suspensión que terminará cuando termine el actual periodo de sesiones de la legislatura a finales de mes.
El pragmatismo o conservadurismo de estas personas contrasta profundamente con la actitud de los manifestantes, principalmente jóvenes, que salieron a las calles regularmente a lo largo de junio.
Estos jóvenes manifestantes se energizaron con las victorias parciales que obtuvieron en los enfrentamientos por el proyecto de ley de extradición y están furiosos por la conducta de la Policía y la actitud del gobierno y los legisladores pro-Beijing.
Aunque las autoridades capitularan ante las exigencias originales de las marchas contra el proyecto de ley, es poco probable que los manifestantes regresen a casa, particularmente porque las escuelas y las universidades están de vacaciones.
Lo que debes saber de las protestas en Hong Kong y la ley de extradición
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El lunes, esto se volvió evidente cuando miles de jóvenes se reunieron afuera de las oficinas del gobierno local, lo que resultó en un duelo tenso con la policía antimotines horas antes de que empezara la marcha oficial.
Al parecer, la fragmentación del movimiento podría ser indicio de que empiezan a surgir divisiones en la sociedad hongkonesa.
Algunos de estos manifestantes, cuyas edades oscilan entre los 14 y los veintitantos años, participaron en la Revolución de los Paraguas de 2014, en la que se pidió sufragio universal en Hong Kong y que tuvo objetivos prodemocracia muy parecidos.
Sin embargo, los acontecimientos del mes pasado también representan la intensificación y la evolución de dicho movimiento.
Tras una noche de gases lacrimógenos, las protestas de 2014 se caracterizaron por su pacifismo y su idealismo; es probable que haya sido la última vez en la que los hongkoneses pensaron que su gobierno cumpliría las promesas de democratización que hizo años atrás.
Los manifestantes de hoy no abrigan esas esperanzas y luchan para obligar al gobierno a actuar con el argumento de que si no lo hacen, el futuro será sombrío.
Para muchas personas, el futuro ya es sombrío. La brecha entre ricos y pobres sigue creciendo y el precio de la vivienda y de los productos básicos está dejando la vida de clase media fuera del alcance de muchos de los jóvenes de la ciudad.
En los enfrentamientos violentos del 12 de junio, se pudo oír que muchos de los manifestantes gritaban: "Morir por Hong Kong". Aunque otros no llegarían tan lejos, todos estaban dispuestos a arriesgarse a que los arrestaran o a que los lastimaran.
Azul contra amarillo
Hong Kong nunca ha tenido una democracia absoluta. Primero fue una colonia británica gobernada desde lejos y luego, un sistema semidemocrático que favorecía al gobierno, cosa que el gobierno chino heredó cuando tomó control en 1997.
Aunque la democracia y la mayor rendición de cuentas indudablemente servirían para resolver muchos de los problemas que aquejan a Hong Kong —particularmente que el gobierno da prioridad a las necesidades de los desarrolladores inmobiliarios por encima de las de quienes carecen de vivienda—, el gobierno chino demostró hace cinco años que no lo sometería a consideración.
Para la clase media silenciosa de Hong Kong, esto podría ser algo desafortunado que a final de cuentas hay que aceptar. Es probable que salgan a manifestarse para proteger sus derechos existentes, pero no están dispuestos a hacer muchas olas cuando se trata de pelear por lo que para muchos es una causa perdida.
El extremo más contundente de este conservadurismo se dejó ver el domingo 30 de junio. Miles de manifestantes progobierno salieron a las calles para apoyar a la Policía de la ciudad, cuyo cuartel general estuvo bajo asedio de manifestantes desde el 12 de junio, y para pedir que se reprima toda actividad antigobierno.
Lo irónico es que pese a que era un evento en favor de la ley y el orden, hay videos en los que se ve a los manifestantes agrediendo y arrojando misiles contra los manifestantes del otro bando, acosando a los periodistas e intentando irrumpir en el Congreso local.
Sin embargo, estas escenas evocaron a 2014, cuando los llamados "listones azules" (el color de la Policía) se enfrentaron con los manifestantes prodemocracia en las calles y pidieron medidas draconianas para reprimirlos.
En general, se cree que el gobierno chino tuvo que ver en esa reacción contra la Revolución de los Paraguas, pero aunque así hubiera sido, no faltó el apoyo local.
La brecha entre los "listones azules" y los "listones amarillos" prodemocracia no desapareció después de 2014, sino que quedó en segundo plano mientras Lam cumplía, cuando menos, algunas de sus promesas para restaurar la calma.
Es probable que Lam haya sido quien volvió a abrir la brecha, pero el riesgo que corren los "listones amarillos" en las protestas del lunes es que conforme el verano del descontento en Hong Kong se transforma en el verano de la ira, es a ellos y no a Lam a quienes culparán de prolongar el caos.