Estados Unidos y docenas de otras naciones han respaldado a Guaidó en su intento de derrocar al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. Sin embargo, casi seis meses después de que el gobierno de Donald Trump reconociera al líder de la oposición, Maduro sigue en el poder.
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“Nuestra programación, existente y planificada, está dirigida a enfrentar la crisis de Venezuela. Estamos invirtiendo en el buen gobierno, los derechos humanos, la asistencia técnica para el gobierno de Guaidó, los medios de comunicación independientes y la sociedad civil”, se indicó.
“El objetivo principal de nuestra financiación a Venezuela se alinea con nuestro objetivo político principal: restaurar la democracia en Venezuela”.
El portavoz dijo que ninguno de los fondos que se están reprogramando es para asistencia humanitaria; todo irá a la ayuda al desarrollo.
Señalaron que el Departamento de Estado “ajusta regularmente la financiación a medida que evolucionan las prioridades” y que se trata de “un proceso técnico vinculado a nuestra planificación estratégica para que podamos gastar los dólares de los contribuyentes de manera responsable y en línea con las prioridades de la Administración”.
“Esta decisión es consistente con la dirección del presidente de que Estados Unidos no proporcionará nuevos fondos para programas en El Salvador, Guatemala y Honduras”, se precisó.