Los detractores de Johnson suelen hablar de un cartel que hizo la campaña oficial por la salida de la Unión Europea —que Johnson encabezaba—, en el que se advertía de la inmigración en masa desde Turquía. El cartel era engañoso e implicaba que la incorporación de Turquía a la Unión Europea era inminente, pero no era así. Sin embargo, lo que decía sobre la Unión Europea —que hay libertad de tránsito en el bloque— no era incorrecto. Además, no hay que olvidar que el mismo Johnson tiene raíces turcas. Sea como sea que lo interpretes, no tiene nada que ver con afirmar que vas a construir un muro y vas a obligar a México a pagarlo.
Otra de las razones por las que a Johnson no le gustará que lo comparen con Trump es que Trump es genuinamente impopular en Reino Unido, según casi todas las encuestas. Así, aunque Trump crea que halagar a Boris y decir que es su amigo es el mejor de los cumplidos, podría hacer sentir aún más infelices a los electores, que están incómodos de por sí con su nuevo primer ministro.
El peligro para Johnson es que los partidarios duros del brexit que lo apoyan crean que un tratado comercial con Estados Unidos podría ser la mejor forma de demostrarle al mundo que el brexit es un proyecto exitoso. Por lo tanto, para estas personas, la idea de que tendrá una relación buena con Trump es algo positivo.
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Sin embargo, no hay absolutamente ninguna prueba que indique que un acuerdo comercial con Estados Unidos compensaría el daño económico que sufriría Reino Unido si sale de la Unión Europea sin acuerdo. No ha habido detalles sobre cómo sería ese acuerdo comercial ni ha habido conversaciones serias sobre el hecho de que es muy poco probable que Trump ofrezca un tratado comercial asimétrico que inunde de dólares a Reino Unido.
Entonces ¿Boris Johnson es el Trump británico? Tienen un peinado parecido. Pero hasta ahí llegan las similitudes.