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El drama de Ucrania, ¿una opción para someter a Trump a juicio de destitución?

Pelosi se ha mostrado renuente a proceder con la destitución porque es poco probable que los republicanos del Senado voten a favor de condenar al presidente.
lun 23 septiembre 2019 11:49 AM
Donald Trump
Trump acusó a Biden de haber presionado para que despidieran a un fiscal ucraniano porque había investigado una empresa en la que su hijo era miembro del consejo de administración, cosa que se demostró que era falsa.

(CNN) — El escándalo sobre Ucrania que rodea a Donald Trump está obligando a los demócratas a tomar una decisión fatídica respecto a someterlo a juicio de destitución, la cual no solo dará forma a las elecciones de 2020, sino que tendrá repercusiones a largo plazo.

Todavía no se sabe a ciencia cierta si el presidente de Estados Unidos presionó a Ucrania para que investigara a Joe Biden, su posible oponente en las elecciones generales , mientras se estaba negociando un paquete de ayuda militar.

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Los partidarios de Trump dicen que hasta ahora no hay pruebas de que les ofreció a los ucranianos un intercambio y señalan que el informante de los servicios de inteligencia que alertó de la situación tenía conocimiento de segunda mano de las conversaciones de Trump.

Sin embargo, si Trump usó su poder para tratar de obligar a un líder extranjero a influir en las elecciones de Estados Unidos, podría desencadenarse la peor crisis política en una presidencia que, desde sus primeras horas, ha estado sumida en la notoriedad.

Esto equivaldría a una situación en la que el equipo de Trump —que de acuerdo con el informe Mueller esperaba beneficiarse de la interferencia de Rusia en las elecciones de 2016— ahora usa el poder de la presidencia para incitar la colusión con miras a las elecciones de 2020.

El domingo, 22 de septiembre, pareció que esa posibilidad abrió la puerta a que los demócratas cambien de postura respecto al juicio de destitución. Adam Schiff, presidente de la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes, dijo en entrevista con CNN que Trump podría haber "cruzado el Rubicón". Además, la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi (quien se ha mostrado sumamente renuente a contemplar un juicio de destitución dramático) advirtió que los acontecimientos podrían exigir "una nueva etapa de investigación".

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Los senadores republicanos que han respaldado firmemente a Trump callaron en gran medida; sin embargo, Mitt Romney, senador por Utah, tuiteó el domingo que "sería preocupante al extremo" que Trump hubiera presionado a Ucrania para que investigaran a Biden y que "es crítico que los hechos se revelen".

No hay pruebas de que Biden ni su hijo, Hunter, hayan actuado mal. El entonces fiscal general de Ucrania, Yuri Lutsenko, dijo en mayo que Burisma Holdings, una importante empresa de energéticos, no violó las leyes de Ucrania al incluir a Hunter Biden en su consejo de administración y pagarle un sueldo.

Trump acusó a Biden de haber presionado para que despidieran al fiscal ucraniano porque había investigado una empresa en la que su hijo era miembro del consejo de administración, cosa que se demostró que era falsa. Varios gobiernos e instituciones internacionales, no solo el ex vicepresidente de Estados Unidos, consideraban que el fiscal era corrupto.

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Por qué sería importante que Trump haya presionado a los ucranianos

Se espera que los presidentes actúen en beneficio de todos los estadounidenses y no usen su amplia discreción en política exterior para concretar venganzas políticas o para subvertir la democracia estadounidense. Los padres fundadores consideraban que la presidencia era una cuestión de fe pública, lo que significa que los mandatarios no deberían poner sus intereses personales por encima de los de la nación. La historia de Ucrania es significativa porque podría entrar en un territorio constitucional grave y podría representar un abuso del poder presidencial.

El domingo, parecía que Trump y su equipo no se ponían de acuerdo respecto a si publicaban la transcripción de sus conversaciones con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski. Emprendieron la ofensiva, como es su costumbre, y distorsionaron los hechos, propusieron teorías de la conspiración y recurrieron a la confusión y a la hipocresía.

Trump insistió en que no había dicho "nada malo en lo absoluto" en la llamada con el presidente de Ucrania. "Fue perfecto", dijo. Trump suele dar la impresión de que cree que las normas relativas a los límites del poder, que presidentes anteriores han respetado no se aplican a él. En julio, por ejemplo, dijo, falsamente, que el artículo segundo de la Constitución de Estados Unidos "me permite hacer lo que yo quiera como presidente".

Los líos anteriores, como el escándalo de la interferencia de Rusia en las elecciones de 2016 y las múltiples controversias como su conducta insolente ante el finado senador John McCain o sus pagos a mujeres que afirmaron que habían tenido romances con él, no han bastado para acabarlo. Es probable que luego de levantarse de cada golpe, haya aprendido una lección.

Trump dijo que habló sobre Biden con el presidente de Ucrania

El domingo, parecía que Trump estaba dando más contexto a la historia sobre Ucrania cuando dijo que de hecho había hablado de Biden con el presidente de Ucrania en un momento en el que el gobierno ucraniano esperaba un paquete de ayuda militar estadounidense por 250 millones de dólares. La llamada con Zelenski tuvo lugar el 25 de julio. El Congreso aprobó el proyecto de ley en agosto y la Casa Blanca liberó los recursos en septiembre.

"La conversación que sostuve fue de felicitación en gran medida, con toda la corrupción que está habiendo y, en gran medida, el hecho de que no queremos que nuestra gente, como el vicepresidente Joe Biden y su hijo, cree más corrupción de la que ya hay en Ucrania", dijo Trump.

Los acontecimientos más recientes pusieron de relieve la renuencia de Pelosi a dar inicio a los procedimientos de destitución de Trump por temor a las repercusiones políticas. Sin embargo, Schiff, aliado de Pelosi, insinuó que las cosas podrían estar a punto de cambiar.

Los acontecimientos más recientes pusieron de relieve la renuencia de Pelosi a dar inicio a los procedimientos de destitución de Trump por temor a las repercusiones políticas. Sin embargo, Schiff, aliado de Pelosi, insinuó que las cosas podrían estar a punto de cambiar.

"Esto sería un recurso extraordinario, una especie de remedio de último recurso, no de primer recurso", dijo Schiff el domingo en el programa State of the Union de CNN.

"Sin embargo, si el presidente está esencialmente reteniendo la ayuda militar al mismo tiempo que trata de intimidar a un líder extranjero para que haga algo ilícito —dar información comprometedora sobre su oponente durante una campaña presidencial—, entonces ese podría ser el único recurso equivalente al mal que representa esa conducta".

Pelosi y Schiff se coordinaron estrechamente a lo largo del fin de semana; hablaron de la historia del informante y coordinaron estrategias, según confirmó a CNN un asesor de la dirigencia.

La forma en la que los hechos obligarían a los líderes demócratas a actuar quedó aún más clara el domingo.

Pelosi insinuó que cambiaría de estrategia en un mensaje a sus colegas demócratas, la mitad de los cuales ya estaban a favor de la idea del juicio de destitución.

"Si el ejecutivo insiste en impedir que este informante le revele al Congreso una posible violación de los deberes constitucionales por parte del presidente, estará entrando en un nuevo capítulo grave de anarquía que nos llevará a una etapa de investigación totalmente nueva", escribió Pelosi el domingo.

La renuencia de los demócratas a iniciar el juicio de destitución

Pelosi se ha mostrado renuente a proceder con la destitución porque es poco probable que los republicanos del Senado voten a favor de condenar al presidente. Además, nadie quiere darle cuerda a las bases políticas de Trump mientras los demócratas tratan de conservar su mayoría en la cámara baja en 2020.

Si se expone que la conducta de Trump fue corrupta, los demócratas podrían verse obligados a iniciar las audiencias de destitución sin importar el costo político a largo plazo.

No hacer nada sería aceptar que el presidente puede abusar de su poder buscando la interferencia de extranjeros en la democracia estadounidense. Trump se sentiría validado y envalentonado. El equilibrio entre el Congreso y la presidencia se habrá alterado fundamentalmente y habrá pocos frenos y contrapesos capaces de constreñir a Trump y a presidentes futuros.

La inacción también podría ser políticamente insostenible porque los demócratas podrían pensar que sus propios líderes estarían dispuestos a usar el poder de la mayoría en la Cámara de Representantes para defender a su propio favorito a la candidatura presidencial.

Los aliados de Trump contraatacan

Con la intención de enturbiar las aguas, los lugartenientes de Trump emprendieron la ofensiva el domingo y recurrieron a sus viejas tácticas en varios programas de debate.

Mike Pompeo, secretario de Estado de Estados Unidos, revivió las dudas desmentidas sobre la conducta de Biden.

"Pienso que si en efecto el vicepresidente Biden actuó de forma inadecuada, si estaba protegiendo a su hijo e intervino con la dirigencia ucraniana de forma corrupta, creo que tendríamos que llegar al fondo del asunto", dijo Pompeo en el programa This Week de la ABC.

"Estados Unidos no puede darse el lujo de que interfieran con sus elecciones y si eso es lo que pasó aquí, si hubo esa clase de actividad de parte del vicepresidente Biden, tenemos que saberlo".

Para el ejecutivo, parece una exageración argumentar interferencia electoral dado que Trump ha rechazado desde hace mucho las pruebas de que Rusia intervino en 2016 para ayudarle.

En The State of the Union, Steve Mnuchin, secretario del Tesoro de Estados Unidos, dijo que no había razón para creer que Trump presionó a Ucrania, aunque reconoció que no participó en la llamada en cuestión.

Además, argumentó que al hijo de Biden no debería habérsele permitido hacer negocios en Ucrania mientras su padre fuera vicepresidente. Cuando Jake Tapper le preguntó el domingo sobre la inconsistencia evidente en su declaración dado que los hijos de Trump siguen trabajando en todo el mundo en una empresa de la que el presidente Trump no ha retirado del todo sus inversiones, Mnuchin lanzó evasivas. "En realidad no quiero entrar en más de esos detalles", concluyó.

Tanto Mnuchin como Pompeo se opusieron a que se dieran a conocer las transcripciones de las llamadas de Trump con el argumento de que el presidente tiene derecho a la confidencialidad en sus conversaciones con líderes extranjeros.

Los esfuerzos del ejecutivo por impedir que el director interino de Inteligencia Nacional, Joseph Maguire, hiciera del conocimiento del Congreso el reporte del informante, y su oposición a que se publiquen las transcripciones, solo sirven para avivar las especulaciones de que la Casa Blanca tiene algo que esconder. Si hubiera algo malo, esa conducta equivaldría a obstrucción a la justicia, que históricamente ha sido causal de destitución.

Sin embargo, Trump dijo que esperaba que se dieran a conocer las transcripciones.

Por otro lado, Biden dedicó el fin de semana a defenderse y a tratar de sacarle provecho al escándalo en una precampaña muy reñida.

"Trump está haciendo esto porque sabe que lo aplastaré y está usando el abuso del poder y todo elemento de la presidencia para tratar de difamarme", dijo Biden.

Marshall Cohen, David Shortell, Pamela Brown, Evan Perez, Nathan Hodge y Dana Bash, de CNN, contribuyeron con este reportaje.

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